Conforme la Encuesta Nacional de Educación y Empleo del INEGI y datos de la OCDE (2015-2017), muestra que México es el quinto país de los miembros de esta última organización, después de Turquía, Italia, Grecia y España en dónde existen más jóvenes de entre 15 a 29 años, sin ninguna ocupación.
Aunque es relevante señalar que de 2012 a 2017 México disminuyó ligeramente el número de nini´s, ya que hace siete años se encontraba en el número tres de este ranking.
Actualmente de los 21.6 millones de mexicanos entre los 15 y 24 años que están en condiciones de estudiar y/o trabajar, 3,9 millones no se encuentra inscrito en ninguna escuela ni cuenta con un empleo remunerado y 80% son mujeres que se dedican a labores domésticas.
Por lo que puede reflejarse que existen jóvenes que no cuentan con una actividad específica, lo que aumenta los riesgos de drogadicción, embarazos no deseados, depresión y delincuencia.
Pero la pregunta es ¿por qué existe este fenómeno?,¿por falta de oportunidades de acceder a la educación pública o por el simple hecho que los jóvenes gustan de estar en dicha situación?
Un elemento que puede colaborar a combatir el aumento de nini´s en nuestro país, es no solamente brindarles una oportunidad de un programa social, sino también a invitarlos a elaborar un proyecto de vida basado en valores, considerando su misión personal y tomando en cuenta el entorno político, económico y social que le rodea y que puede repercutir en su vida.
Ya que es interesante puntualizar que un proyecto de vida tiene un efecto protector, porque será la columna vertebral en cuánto a nuestras decisiones e identificación del significado o sentido de nuestra vida.
Es relevante, considerar no solamente este problema como una cuestión económica sino también por lo que sienten y en lo que desean convertirse, para que puedan encontrar su propósito de vida. De hecho, hay una frase que habla sobre los dos momentos relevantes para el ser humano que son: cuando uno nace y cuando uno se da cuenta para que lo hizo. Además, aportar algo de ti a este mundo te hace amar la vida.
Datos de la Organización Mundial de la Salud muestran que anualmente, cerca de 800,000 personas se quitan la vida y muchas más intentan hacerlo. El suicidio se puede producir a cualquier edad, y en 2016 fue la segunda causa principal de defunción en el grupo etario de 15 a 29 años en todo el mundo.
Muchos suicidios se producen impulsivamente en momentos de crisis que menoscaban la capacidad para afrontar las tensiones de la vida, tales como los problemas financieros, las rupturas de relaciones o los dolores y enfermedades crónicos. Los jóvenes podrían sentirse vulnerables al no encontrar una actividad en la cual enfoque su atención.
Un proyecto de vida siempre busca reconocer la importancia que tiene para el ser humano la proyección hacia el futuro, ya que llegar al final de la vida satisfechos de haberla vivido plena y adecuadamente, es una de las metas principales del ser humano, lo cual proporciona felicidad.
Buena parte de la infelicidad que experimenta el joven desaparecerá si éste tuviese un concepto sano y realista de sí mismo. El adolescente que puede verse tal como es – no como quisiera ser o como su familia y sus amigos quisieran que fuese- realizará adaptaciones a la vida mucho más satisfactorias que aquel cuyo concepto de sí mismo ha sido deformado por el optimismo; a la mejor adaptación se debe una mayor complacencia y una vida más feliz.
¡Haciendo las paces con los jóvenes!