Ya enloqueció el del Palacio

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El presidente López Obrador anda muy pero muy incomodo con la presencia de la senadora panista, Xóchitl Gálvez, no da crédito de donde salió y de donde alcanzó este crecimiento si nomás no pintaba entre los presidenciables.

La aparición de Xóchitl Gálvez como presidenciable de la oposición, incluso ya provocó opacar a la corcholata consentida del que manda en Palacio Nacional, por eso la preocupación.

Desde luego que el partido en el poder apostaba, doble contra sencillo que el candidato opositor sería güerito y de los ricachones, de esos forrados de billetes, vaya de los que AMLO llama conservadores.

Xóchitl Gálvez le cambió todo su juego, Claudia Sheinbaum, como puntera por el dedazo del dueño de su partido Morena, entró en un terreno de indefinición, es decir, el que manda en Palacio Nacional no está tan seguro de conservarla como la favorita y puede darse un cambio de estrategia.

Por lo pronto, la instrucción Presidencial a todos los morenos, y obviamente su gabinete, es atizarle con todo a la probable candidata de la oposición.

Que no se tienten el corazón para despedazarla, pues la idea es desacreditarla con todo el lodazal posible que le puedan aventar, ya sea con verdades o con mentiras. Tal vez les quiera decir que urge frenarla para evitar que siga creciendo.

Bueno, Desde que Xóchitl Gálvez se apersonó en las puertas de Palacio Nacional para exigir la dejaran pasar a la conferencia mañanera para ejercer su derecho a réplica, el Presidente se descompuso. A partir de ahí, le robó la agenda Presidencial y no hay día que no hable López Obrador hasta el full de la senadora.

Que tan grande es la desesperación que ya le rascaron en el SAT para revelar que las empresas de la senadora, ha recibido contratos millonarios y hasta un diputado de Morena tuvo el cinismo de obedecer las órdenes para interponer una denuncia contra la aspirante opositora por enriquecimiento ilícito.

La prioridad de López Obrador es buscar descarrilarla para evitar que llegue como abanderada de la oposición.

En una charla reciente con los líderes del PRI, Alejandro Moreno “Alito” y del PAN, Marko Cortés, adelantaron que desde Palacio Nacional quieren reventar a los aspirantes que se registraron, entere ellos a Santiago Creel y Xóchitl Gálvez.

Desde luego que la gran preocupación llevó que en Palacio se prendieran focos rojos con mayor intensidad ante las encuestas que hoy le dan un empate técnico a Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. Esa es la preocupación que no le calienta al señor López.

La aparición de Xóchitl Gálvez abrió la esperanza para que Movimiento Ciudadano, propiedad de Dante Delgado, pueda sumarse a la alianza para el 2024, pues tienen, en el partido naranja, la oportunidad, con ese bloque opositor, de refrendar Jalisco de Enrique Alfaro y ganar Veracruz, pues en los acuerdos le cederían la candidatura.

No pierda de vista al gobernador Enrique Alfaro porque no está nada de acuerdo con las directrices de negarse a esa alianza de Dante Delgado. En Jalisco MC hoy tiene 10 puntos debajo de Morena y necesita del PRI, del PAN y del PRD para retenerlo, por eso el grito en el cielo del mandamás de ese estado.

Dante Delgado sabe que hay crisis al interior de su partido que si no ataja con estrategia, entendimiento e inteligencia para lograr acuerdos, se le puede salir de la bolsa. Anote el riesgo que se generó en Monterrey con la declaración de Luis Donaldo Colosio que si le bren la puerta a Claudia Ruiz Massieu, pues que no cuenten con el, porque en automático les dice adiós.

En el Senado Dante Delgado anda de muy manitas con los morenos, desde luego que el que nada haciendo su trabajo, y parece que muy bien, es el líder de la Cámara Alta, y presidente de la JUCOPO, Eduardo Ramírez, pues mientras otros quieren esos votos del partido naranja, el chiapaneco se lo quiere llevar a Morena.

Quedan 40 días para saber quienes serán los candidatos, el 3 de septiembre se adelantó la oposición para revelar su candidato, mientras que tres días después, el 6 de ese ms lo hará Morena de Mario Delgado.

Esos 40 días serán un verdadero dolor de cabeza para el Presidente, pues la aparición de Xóchitl Gálvez le descompuso todo su juego.

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