Rehabilitar un ave rapaz no es labor sencilla, pero lograr su reintroducción a la vida silvestre es la mayor satisfacción: Etiene Torres

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Etiene Torres Pérez es Médico Veterinario Zootecnista y forma parte del servicio médico del Zoológico de San Juan de Aragón. Él, junto con un equipo de cuidadores es el responsable de recibir y atender en el Centro de Rescate y Rehabilitación de Aves Rapaces a ejemplares decomisados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y depositados en los Zoológicos de la Ciudad de México.

Tras recibir en este centro de rehabilitación por parte de PROFEPA un aguililla negra (Buteogallus anthracinus) con evidentes lesiones en alas y pico, Edin Torres comenta que desde que se creó este centro, hace ya un año, se han atendido a 16 individuos de diferentes especies de lechuzas,búhos y muchas aguilillas, que de manera usual la dependencia federal rescata del tráfico ilegal de estas especies.

El Médico Veterinario Zootecnista menciona que la mayoría de los ejemplares que llegan al Centro de Rescate y Rehabilitación de Aves Rapaces lo hacen con problemas físicos severos, nutricionales y traumatismos, debido a que los tienen en cautiverio o en lugares que no son adecuados.

“(A su llegada) el equipo médico y de cuidadores implementa un protocolo sistemático que inicia con un examen físico general, les hacemos una exploración visual y un mapeo del ejemplar. Exploramos cada parte del cuerpo, en el caso de las extremidades vamos evaluando visual y táctilmente, vemos la condición tanto de la masa muscular como de la integridad de los huesos, pico, plumas, garras y ojos. Es relativamente sencillo observar superficialmente una lesión, ya si necesitamos algo más profundo lo vamos detectando conforme vamos avanzando en nuestro examen”, precisa.

Torres Pérez admite que rehabilitar un ejemplar no es una labor sencilla, pueden ser procesos muy complicados y muy largos, pero cuando se logra recuperar físicamente al ejemplar “es sumamente satisfactorio ver que un animal que a lo mejor llega en ciertas condiciones lo recuperamos y puede a lo mejor volver a volar o a desempeñarse y a desarrollar sus comportamientos naturales”.

Asegura que la recuperación depende mucho del temperamento del ave, hay animales muy nerviosos y otros difíciles de manejar. “Lo que intentamos es justamente reducir ese estrés, sea cual sea el temperamento del ejemplar, lo que procuramos es que el manejo sea mínimo. Esta aguililla que acaba de llegar venía de condiciones presuntamente de un mal cautiverio, se reportó que había chocado contra una ventana, presenta lesiones que nos sugiere que estuvo en un lugar inadecuado”.

Para su recuperación no hay términos ni plazos, lo que sí hay en el Centro de Rescate y Rehabilitación de Aves Rapaces, asegura Etiene Torres, es dedicación para lograr su rehabilitación y que pueda reintroducirse a la vida silvestre.

Por ello, recuerda que, en caso de detectar un ave rapaz lesionada o víctima del tráfico ilegal, es necesario acercarse con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente para que esta dependencia federal se ponga en contacto con los Zoológicos de la Ciudad de México y la traslade para su protección y recuperación.

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