Reconvierte Sedema Barranca de Colores en Tarango en espacio recreativo para la comunidad
Con un sensible llamado a las y los vecinos a trabajar juntos en el cuidado y protección de las 33 barrancas que hay en la Ciudad de México para evitar que a estas Áreas de Valor Ambiental sean arrojados residuos, la doctora Marina Robles García, titular de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) capitalina, recorrió la Barranca de Colores que forma parte de la Barranca Tarango, sitio que desde cinco años inició un proceso de transición para dejar de ser un tiradero a cielo abierto y reconvertirse en un espacio ecológico de disfrute para la comunidad.
“Esta barranca es un ejemplo de trabajo participativo y de compromiso social, aquí se ha hecho un trabajo espectacular, reconvirtiendo un sitio que era un tiradero a cielo abierto, un sitio de descargas de aguas residuales, en un sitio que ahora las personas que viven acá lo utilizan como un espacio recreativo, un espacio de descanso”, aseguró.
Robles García sostuvo que las barrancas son ecosistemas que representan un enorme valor ambiental para la Ciudad de México, toda vez que permiten mejorar las condiciones para la biodiversidad y que las escorrentías tengan un mejor manejo, un control para que la ciudad no atraviese inundaciones, además de regular el clima.
Recordó que en cinco años se han reforzado las acciones de conservación, protección y restauración ecológica en Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental de la ciudad, y el trabajo ambiental hecho mediante el Proyecto de Recuperación de Barrancas 2023, Cuenca Alta del Río Tarango y Río Eslava, representa un mensaje importante, de manera particular para quienes viven en los linderos, de que es vital su cuidado para impedir que las descargas de aguas residuales de las viviendas no lleguen crudas a este sistema de arrastre de aguas.
“En muchos de los casos, las y los vecinos no saben que las aguas que producen en sus viviendas, estas aguas residuales, son arrojadas de manera cruda a las barrancas, les pedimos que revisen a dónde van sus aguas residuales, les pedimos que de manera conjunta entre ustedes como sociedad y nosotros como gobierno, trabajemos por mejorar estos sitios tan importantes para todos en la Ciudad de México”, agregó.
En su oportunidad, Ameyalli Pérez Hernández, subdirectora de Áreas de Valor Ambiental de la Sedema, detalló que con el establecimiento de un sistema de humedales y biodigestores en la zona, se está asegurando que el agua llegue más limpia al Río Puerta Grande, y que el agua que se infiltra sea de mejor calidad.
“Con estos trabajos que mezclan biotecnología con infraestructura verde estamos dándonos una garantía de futuro, porque sabemos que estamos infiltrando agua limpia”, dijo.
Comentó que reconvertir el uso de esta barranca, que antes era usada como un tiradero de basura, a un espacio ecológico ha permitido que la gente pueda disfrutar de todos los beneficios que surgen de esta Área de Valor Ambiental, como la presencia de flora y fauna que está llegando nuevamente a colonizar la barranca.
“Para nosotros es muy importante este espacio porque nos está sirviendo para medir, para probar formas en que podemos ir recuperando todos nuestros ríos. Aquí se establecieron biodigestores y humedales artificiales para sanear las aguas residuales que provienen de las casas que están en la parte alta de la barranca”, precisó.
Con la finalidad de continuar con la promoción de una cultura ambiental que permita cuidar de forma permanente la rehabilitación socioambiental de la barranca, en la que las y los habitantes de Tarango se involucren en el resguardo y preservación del espacio, esta Secretaría ha realizado desde hace un año actividades artísticas y educativas en el marco del “Carnaval por las Aguas”, el cual cierra su primer año con la “Fiesta de la Barranca Tarango”, en el que hubo Reciclatrón, Mercado de Trueque, teatro guiñol, música en vivo, entre otras actividades lúdicas y recreativas para festejar junto con los vecinos los importantes logros de esta primera etapa del proyecto de rescate de Barrancas.
Dichas actividades tuvieron como propósito dar un nuevo significado de los espacios públicos colindantes y al interior de la barranca, antes utilizados como basureros o rincones de abandono, así como sensibilizar a la población sobre la importancia de cuidar estos espacios verdes, sus ríos y, la manera en la que impactan sobre el bienestar mental, emocional y físico de los habitantes de la ciudad.
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