Pide la Permanente al Ejecutivo informe sobre riesgos que representa el glifosato
La Comisión Permanente solicitó a las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de Agricultura y Desarrollo Rural, y a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) a que realicen estudios e informen al Congreso de la Unión sobre los riesgos que representa, para la población y la naturaleza, la producción de alimentos derivados del uso de glifosato en el campo mexicano.
En el dictamen aprobado por el Pleno, se señala que cada año a nivel mundial, millones de hectáreas de tierras de cultivo, parques y jardines son atendidas con glifosato, potente herbicida señalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como probable cancerígeno para personas y animales.
Se indica que por ser de uso agrario este ingrediente activo se filtra en el suelo a través del agua y residualmente permanece en los cultivos, además contamina suelos y el hábitat acuático de seres microscópicos, peces, moluscos, ranas, entre otros, así como lombrices de tierra que son fundamentales para la fertilidad del suelo.
Este producto tóxico es causante de la reducción de la diversidad y cantidad de especies vegetales, afectando a seres vivos que son cruciales para la agricultura, como los polinizadores. También se puede afirmar que se encuentra presente en los alimentos que consumimos, en el agua potable y en el cuerpo humano, se subraya.
Señala que en México este implemento agrícola no es considerado como peligroso y es utilizado como herbicida para la elaboración de cervezas y vinos de distribución internacional.
Refiere que recientemente una productora de harina de maíz en México, y principal exportadora hacia Estados Unidos, Centroamérica y otras partes del mundo, ha sido cuestionada, pues se encontraron altos niveles de glifosato en sus productos.
Las muestras de harina, procedentes de diferentes partes de suelo mexicano, fueron analizadas por los laboratorios Health Reasearch lnstitute, en Iowa Estados Unidos, los resultados “revelaron concentraciones de glifosato que van desde 5.14 hasta 17.59 microgramos por cada kilo de harina”, se explica.
Además, el análisis reveló que la presencia de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) en ese alimento alcanzó hasta 94.15 por ciento en una de las muestras, “observándose una clara correlación: a mayor porcentaje de estos organismos modificados, mayor concentración de glifosato”.
Aunado a ello, existe evidencia científica de algunas enfermedades relacionadas con el uso del glifosato, como el Alzheimer, autismo, defectos de nacimiento, cáncer, enfermedad renal crónica, depresión, abortos y Parkinson.
Los legisladores recordaron que la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió una recomendación dirigida a los titulares de SEMARNAT, SADER, Cofepris y del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria por la falta de una regulación adecuada en el manejo de los plaguicidas altamente peligrosos, pues ello constituye violaciones a los derechos de la alimentación, al agua salubre, a un medio ambiente sano y a la salud.
Precisaron que con el fin de prohibir el uso de plaguicidas de alta peligrosidad, reducir las presiones sobre los recursos naturales y minimizar la generación de residuos y las emisiones contaminantes, en noviembre de 2019, el gobierno de México, a través de la SEMARNAT negó la importación de mil toneladas de glifosato.
Reconocieron que con esta medida se atendiendo el principio precautorio para la prevención de riesgos. Además, va en sintonía con lo expresado por el Presidente de México respecto de abrazar una política de eliminación gradual de los plaguicidas en general, comenzando por el propio glifosato, y de los cultivos transgénicos de maíz, algodón y soya.
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