CIUDAD DE MEXICO.- Si entendemos por movilidad al conjunto de desplazamiento que se producen en un entorno físico realizado por un medio o sistemas de transporte como vehículos particulares, transporte público, caminando, en bicicleta y ahora muy común en motocicleta.
Y por accesibilidad al objetivo que a través de los medios o sistemas de transporte se logra con la movilidad para visitar un lugar o acceder a un servicio, independientemente de las capacidades técnicas, cognitivas o físicas de cada persona.
Entonces, podemos decir con certeza que no podemos equiparar movilidad con accesibilidad.
Sin embargo, no hay que dejar pasar por alto la confusión en ambos términos que radica en: a mayor movilidad mayor accesibilidad; y que bajo ésta óptica se “justifica” la aplicación de medidas y políticas que sin llegar a mejorar la accesibilidad han incidido en problemas de movilidad.
La distribución de los servicios o el desarrollo urbano, influyen poderosamente sobre la movilidad y habría que revisar a detalle pero el uso del automóvil sin lugar a dudas ha resultado una parte medular en la que se derivan y parten muchas acciones que llegan a permitir o no el libre tránsito.
Tan es así que la calidad de vida en la ciudad está determinada, entre muchos otros factores, por problemas de congestión vehicular, accidentes por problemas en la insfraestructura urbana y graves problemas de contaminación atmosférica. Por ello, la tendencia en las políticas públicas sobre las formas de movilidad urbana tendrían que apuntar hacia la toma de conciencia y a la apropiación de una verdadera cultura de la movilidad, donde se debe dar importancia a acciones como reducir los desplazamientos innecesarios, que las personas caminemos más y se use la bicicleta en forma generalizada (según datos de la Secretaría de Salud, se estima que 6 de cada 10 mexicanos padecen problemas de obesidad, situación que se ha convertido en un problema de salud pública).
Es un hecho que la movilidad urbana tiene que ser soportada por sistemas de transportes colectivos bien estructurados, eficientes y de carácter masivo pero con una modalidad con una verdaera cultura vial aunado a un desarrollo de la infraestructura urbana en buenas condiciones permitirá que la Ciudad de México sea líder en materia de movilidad. Difícil no es, sólo es cuestión de tomar conciencia y ponernos a trabajar.
Por Pamela Martínez
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