López Obrador, EPN y el USMCA

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Soy hombre; nada de lo que es humano me es indiferente

Terencio, 190-159 a. C.; poeta italiano

 

 

Parecía imposible que México, Estados Unidos y Canadá lograran un acuerdo comercial trilateral por la obstinación de Donald Trump.

Al paso del tiempo, la determinación del equipo mexicano, encabezado por Ildefonso Guajardo y Luis Videgaray, llegaron un acuerdo trilateral. Y, claro, todo bajo la supervisión de Jesús Meade, representante del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

A Trump, le gustan los acuerdos bilaterales. Es más fácil vencer a un adversario comercial. Con el TLCAN, era negociar con dos grupos al mismo tiempo; lo ponía en desventaja.

Optó por acordar primero con México, que era el más complicado ya que representa el 60 por ciento del comercio entre las tres naciones.

Así, Trump llegó a acuerdos con México y Canadá. El USMCA, en un alto porcentaje, es exitoso. Lo vergonzoso ocurrió en la Cámara de Diputados.

Muchos legisladores demostraron su ignorancia del contenido del acuerdo y, sin leerlo, decidieron insultarlo intestinalmente. ¡Otra falta de oficio legislativo!

La firma del nuevo acuerdo, como en cualquier negociación, hay sectores que resultan beneficiados y otros que pierden. Es natural y, en este caso, las tres naciones ganan en algunos sectores y en otros no reciben beneficios.

El acuerdo es mantener negociaciones comerciales sin impuestos y en condiciones preferenciales entre las mercancías de los tres países. Se establecen las reglas para cada una de las mercancías y se evita que otras naciones que estén fuera del acuerdo, quieran meterse mediante productos que estén dentro de otros. El caso concreto es el de los automóviles, cuyos componentes tienen diferentes orígenes. Destacan los chinos y corenanos, que no están en el acuerdo comercial, pero son patentes únicas y necesarias para el funcionamiento de esos vehículos. Entonces se colocan composiciones de un 60% de producción de uno de los miembros del USMCA.

En fin, en términos generales, para las tres naciones, es un buen acuerdo y sólo falta hacer revisiones más minuciosas del contenido para conocer los alcances. Después hacemos comentarios específicos.

PODEROSOS CABALLEROS: Odebrecht es un escándalo mundial, por los altos niveles de corrupción manejados en varios países por esta empresa brasileña. Sus negocios en la construcción, concesiones y petróleo, estuvieron plagados de “moches” a la clase política. En México infectó al que fuera director de Pemex, Emilio Lozoya, así como a funcionarios del gobierno de Felipe Calderón. Hoy, la PGR, al mando de Elías Beltrán, asegura que el gobierno brasileño no les ha proporcionado la información de este espinoso tema. La verdad en Brasil es que le dieron toda la información sobre las investigaciones a la PGR. Claro, toda la que solicitaron. Sin embargo, hubo otra que no pidieron y no se entregó. Así se dan las cosas en materia de aplicación de la justicia. *** Ayer compareció ante Diputados, el secretario de Hacienda José Antonio González Anaya. En las comparecencias de los funcionarios de la actual administración son insultados por los legisladores. Muchos de ellos, totalmente ignorantes de la materia económica, pretenden tocar temas que ni idea tienen. Al ver que no hablan de un país en ruinas se enojan e insultan. Como en el tema del Acuerdo Comercial de México, Estados Unidos y Canadá, que será firmado antes de que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, tome posesión, lo desconocían; no lo habían leído. Pero ya lo descalificaban. Necesitamos que los legisladores lean y comprendan lo que leen. Si se trata de gritonear sin argumentos, entonces dejaremos pasmados el Poder Legislativo. Si bien son representantes populares y la mayoría del pueblo tiene ese nivel educativo, gracias a nuestros gobiernos, por lo menos que se les vea el interés por estudiar.

RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA: Marhnos, dirigida por Íñigo y Nicolás Mariscal, la semana pasada recibieron una mención especial por “Reciclaje de Edificios”, que otorga la Comisión Nacional de Vivienda por su proyecto María Ribera, concepto habitacional de departamentos donde se restauró el edificio icónico de la antigua fábrica de chocolates La Cubana, fundada en 1872. Se recuperó e integró con un diseño completamente moderno, lo que significó una inversión inmobiliaria de más de 26 millones de pesos. Es la segunda ocasión que el desarrollo María Ribera es reconocido con un premio; en 2017, ganó el premio Naldi Schreck, en la categoría de “Arquitectura Residencial Plurifamiliar”.

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