Jornaleros agrícolas, población invisible

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Pues ha llegado enero, con ello nuestras ganas de ponernos a dieta y dejar atrás los pecados del pavo, los romeritos, el ponche y la rosca; por lo que decidimos rotundamente cambiar nuestra alimentación e ir por frutas y verduras al supermercado, para lo cual, elegimos pepinos, tomates, manzanas, ejotes, espárragos o zanahorias, procedemos a pagar en caja y nos dirigimos a casa, con la convicción de un mejor 2019 en cuestión de salud.
Estando en casa, se nos viene a la mente, de donde vienen estas frutas o verduras que nosotros tranquilamente, comeremos en casa y que hay detrás de las mismas.
Pues, gran parte de nuestra alimentación se la debemos a una población casi invisible llamada jornaleros agrícolas, quienes representan a mexicanas y mexicanos que se desplazan en el interior del país buscando cultivos para trabajar, generalmente localizados en estados como Sinaloa, Sonora, Baja California y Baja California Sur, siendo algunos de los estados origen Oaxaca, Chiapas y Guerrero.
Durante su trayecto, este grupo de personas puede enfrentarse a que el camión que lo transporte sufra algún accidente, pero una vez, que el jornalero haya arribado a su destino, podrá vivir en una galera, que son cuartos muy pequeños donde comerá y dormirá; tendrá acceso a baños mixtos; probablemente y sí sus hijos viajaron con él, podrán trabajar en el campo, porque eso representa un ingreso extra; estará expuesto a algunos pesticidas; sus hijos podrán asistir a escuelas multigrados y sí es de una población indígena probablemente también sufrirá discriminación por parte de sus compañeros.
Lamentablemente, en el presente Presupuesto de Egresos de la Federación, se eliminó el programa de Atención a Jornaleros Agrícolas que atendía a esta población y era operado por la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) ahora denominada Secretaría de Bienestar.
El programa extinto proporcionaba apoyo económico al arribo; apoyos especiales para contingencias como era transportación de regreso a su lugar de origen, pago de servicios médicos y sanitarios, así como gastos funerarios; apoyos para servicios básicos, representados con subsidios para la construcción, rehabilitación, ampliación, acondicionamiento y equipamiento de infraestructura y acciones de coordinación institucional para la promoción de derechos humanos, pláticas de orientación sexual y expedición de actas de nacimiento.
Al ya no existir este programa, será relevante que los estados “destino” sigan llevando a cabo mesas de coordinación institucional para poderles proporcionar al menos servicios básicos de salud, pláticas respecto a sus derechos humanos incluyendo los laborales y algo muy importante los servicios de identidad para que puedan tener acceso al registro de un acta de nacimiento.
A veces no valoramos, todo lo que se vive detrás de nuestra alimentación, por lo que, hay que tener presente, que sí contamos con frutas y verduras en casa, es gracias a un jornalero agrícola.

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