Ikal, una historia de vida de la nutria que encontró refugio y hogar en el Zoológico de San Juan de Aragón

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Hoy en el Día Internacional de la Nutria, la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, a través de la Dirección General de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre, celebra a Ikal, un macho de nutria de río, de siete años de edad, rescatado del tráfico ilegal y criado exitosamente a mano con biberón en el Zoológico de San Juan de Aragón.

“A Ikal lo estaban vendiendo ilegalmente por las redes sociales y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) se dio a la tarea de intervenir, rescatar y decomisar a este ejemplar. “Llegó muy pequeño, de menos de un mes de edad, todavía tenía los ojos cerrados, era un ejemplar que todavía estaba lactando por lo que se tuvo que realizar crianza artificial”, recuerda el médico veterinario Iván Hernández, líder coordinador de Atención Animal en el Zoológico de San Juan de Aragón.

A siete años de distancia, la médica veterinaria Irene González Calderón, junto con el equipo cuidadores de animales, biólogos y médicos veterinarios que han estado al pendiente de su atención desde el día en que llegó al zoológico, aseguran que está sano física y mentalmente, es juguetón y también un poco gruñón, aunque su rostro refleja todo lo contrario.

“Las nutrias se caracterizan por ser eso, muy gruñonas, a pesar de que fue criado a mano, se trató de tener la distancia y de que su comportamiento fuera natural pero sí es bastante temperamental, no le gustan las personas extrañas, y es muy juguetón y disfruta mucho el enriquecimiento ambiental”, precisa el médico veterinario.

Ikal es un macho grande, que creció y se desarrolló de manera adecuada gracias a la dieta que obtuvo desde chiquito y que estuvo bien balanceada por los nutriólogos. “Empezó a alimentarse con mamila, con sustituto de leche, haciéndolo lo más similar a la leche materna para posteriormente irle introduciendo los alimentos sólidos como pollo, pescado y ocasionalmente algunos moluscos como enriquecimiento ambiental.

Actualmente la nutria de río busca su comida (arenque, sierra, pollo, y alimento concentrado molido), se sumerge a nadar, sigue una rutina de secarse el pelo y de disfrutar sus juguetes, es muy observador.

“Todos estos juguetes que ven aquí (pelotas, llantas, aros de PVC, pino de boliche de plástico, dispensadores de alimento) son utilizados para el enriquecimiento ambiental de este pequeño y sirven para estimular la conducta trófica y motriz de Ikal, es decir que se promuevan conductas naturales”, platica la médica veterinaria Mina Mondragón Martínez, responsable del programa de Enriquecimiento Ambiental en el Zoológico de San Juan de Aragón.

Mina Mondragón cuenta que Ikal aprendió rápido a buscar su alimento, a interactuar dentro de su estanque. Durante sus primeros meses, Ikal aprendió a nadar en una pequeña tina, con el paso del tiempo fue llevado a su albergue, donde se la pasa nadando.

“Es muy curioso y cuando llegan algunos visitantes a su albergue en el Zoológico de San Juan de Aragón se acerca mucho hacia la parte frontal para verlos, le encanta que lo vean jugar en su estanque”.

Las nutrias de río pueden encontrarse a lo largo de la costa de Tabasco y Veracruz, pero cada vez en menor cantidad debido a la pérdida de hábitat y al tráfico ilegal que amenaza a ésta y otras especies. Los médicos veterinarios como Iván Hernández comentan que es complicado sacar adelante a ejemplares provenientes de decomiso porque en ocasiones llegan en muy malas condiciones de salud y hay que atenderlos las 24 horas. Sin embargo, “es una satisfacción muy grande poder verlos llegar a esta etapa adulta, sanos y que vivan en las mejores condiciones, es un trabajo en equipo dentro de distintas áreas: la de bienestar, la médica, los cuidadores y la de enriquecimiento para poder llegar a esta situación como en la que está Ikal, sano y feliz”.

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