¿Fuego amigo?

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Las piezas de la política zacatecana empiezan acomodarse y los protagonistas a dar los primeros pasos, rumbo al proceso electoral que inicia a partir de septiembre, pero el partido que más división y confrontación presenta en este momento es Morena en Zacatecas.

El escenario parece complejo y en plena confrontación, pues se ha evidenciado lo que aquí he comentado en otras colaboraciones: que los errores y la falta de madurez política han provocado el rosario de fallas de David Monreal Ávila, quien se ha rodeado de ineptos y ambiciosos que operan políticamente con su representación.

Este escenario tan prematuro debilita fuertemente la estrategia, si es que la hubo, del actual coordinador de Ganadería, quien está obligado a dar un golpe de timón y cambiar radicalmente de estrategia, si es que quiere regresar a la lucha por una eventual postulación a un puesto de elección popular.

El senador Ricardo Monreal Ávila es muy categórico cuando dice “no olvido las traiciones” al referirse al papel de operadora política que desempeña desde hace meses la actual consejera del IZAI, Julieta del Río Venegas, quien tuvo un papel protagónico durante la administración de la ex gobernadora Amalia Garcia Medina (2004-2010) y quien después haría acuerdos y alianzas con el ex gobernador Miguel Alonso Reyes (2010-2016).

La situación fragmentada de Morena en Zacatecas tiene varios frentes y un común denominador, la lucha por el poder en el estado.

En esta lucha no son ajenos el dirigente nacional de Morena, Alfonso Ramírez Cuellar, la secretaria de Energía, Rocío Nahle García, el coordinador de la Junta de Coordinación Política del Senado de

la República, Ricardo Monreal Ávila, más los grupos locales que tienen sus propias ambiciones y preferencias.

En el actual escenario político, Zacatecas tiene una connotación importante en la sucesión gubernamental, por el desempeño de los actuales protagonistas zacatecanos en el ambiente nacional y en especial, por su relación con el presidente López Obrador.

En el PRI zacatecano la situación no es ni halagüeña ni optimista, el problema se llama Miguel Alonso Reyes, quien tiene una serie de denuncias en su contra por presuntos actos de corrupción durante su administración.

Las denuncias interpuestas en las fiscalías General de la República y en la de Justicia de Zacatecas no han prescrito, y aunque las quisieron hacer perdedizas, se podrían activar y abrir el proceso jurídico en su contra, lo cual en tiempos electorales sería una bomba que dañaría seriamente al tricolor zacatecano.

Todo dependerá de la voluntad política y de la estrategia presidencial, pero también todo parece indicar que el discurso anticorrupción se quiere posicionar desde Palacio Nacional, lo cual sería un elemento estratégico en la lucha electoral del 2021.

En el Partido Acción Nacional la dirigencia está dividida y muestra las fracturas y heridas que no han sanado entre los blanquiazules. Un ejemplo de esta realidad es la total incomunicación entre la líder, Noemí Luna Ayala y su secretario general, Joel Arce Pantoja.

La pasada elección interna para renovar la dirigencia dejó en el camino a varios aspirantes y el control del comité estatal en manos del diputado federal panista, José Isabel Trejo Reyes, quien va en alianza con el dirigente nacional, Marko Cortez, lo que le permitirá seguir controlando al panismo zacatecano a la vieja usanza, con dádivas y prebendas.

Por otro lado está el PRD, que gobernó al estado durante dos sexenios seguidos, pero ni polvo queda de aquellos tiempos de bonanza y poder. Debilitado y fraccionado, sin liderazgos locales y con ambiciones pueriles, sus pequeños grupos no han podido ni siquiera renovar su dirigencia.

Lo único que gravita en el actual escenario preelectoral zacatecano son las alianzas que pudieran consolidarse mediante acuerdos firmes, entre los distintos actores que en menos de dos meses entrarán en el proceso electoral para renovar la gubernatura, el congreso y los 58 municipios.

Pero naturalmente que dependerá de las alianzas ganadoras que se hagan, pues como dijo el senador Monreal “las traiciones no se olvidan”.

Al tiempo. Juan Gómez

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