En busca de la felicidad
La Real Academia Española define a la felicidad como el estado de grata satisfacción espiritual o física que tenemos como seres humanos, pero también refiere a las personas, situaciones, objetos o conjunto de ellos que contribuyen a hacernos felices.
Estoy segura de que las personas que nos han brindado felicidad son las que nos han reconocido y querido tal y como somos, que se ríen de nuestros chistes, que nos cuidan y nos protegen. Sin embargo, muchos momentos no los consideramos parte de nuestra felicidad sino como eventos rutinarios, como es el desayunar, salir con los amigos, ver una película en casa en compañía de la familia o darle la mano a la persona que amamos.
Así como cada persona tiene su propio concepto de felicidad, cada país también lo tiene. Por ejemplo, en México nos hace feliz las comidas familiares, el fútbol, la titulación de un ser querido, los días de quincena, los viernes y yo diría que hasta que hasta el guacamole.
En otros países, les gusta bailar, les gusta los cómics, los deportes, la tecnología, ver que sus hijos se van de casa a los 18 años y son independientes.
Cabe decir que Naciones Unidas, publica anualmente el índice global de felicidad que mide dicho concepto en 157 países, basándose en diversos factores como el PIB per cápita, el apoyo social, esperanza de años de vida saludable, libertad para tomar decisiones vitales, generosidad y la percepción de corrupción.
En 2018, Finlandia fue declarado el país más feliz del mundo, seguido de Noruega, Dinamarca, Islandia y Suiza, México aparece en el lugar número 24.
Es relevante destacar que desde 1972, el país de Bután cuenta con un indicador que mide la felicidad nacional bruta (FNB), su medición está basado en términos holísticos y psicológicos, ya que la cultura de dicha entidad está fundada principalmente en el budismo.
El concepto de FNB se sustenta en la premisa que el verdadero desarrollo de la sociedad humana se encuentra en el desarrollo material y espiritual, su modelo se cimienta en cuatro pilares que son: la promoción del desarrollo socioeconómico sostenible, la preservación de valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno.
La FNB se mide de manera cualitativa y no cuantitativa, a través de un cuestionario de 180 preguntas que considera 9 dimensiones: bienestar psicológico, uso del tiempo, vitalidad de la comunidad, cultura, salud, educación, diversidad medioambiental, nivel de vida y gobierno.
Pero ¿por qué es tan importante nuestra felicidad? La felicidad no sólo nos aporta un beneficio psicológico y espiritual, sino también físico. Ser felices ayuda a la segregación de endorfinas.
Cuando estamos en estado de felicidad, nos encontramos llenos de alegría, vibramos con la vida, sentimos que formamos parte de un todo, sentimos amor por nosotros mismos.
Esos momentos de felicidad son furtivos, son pasajeros y transitorios. Ese estado eufórico dura unos segundos o minutos, pero sus secuelas nos dan energía para todo el día incluso semanas.
Este estado de felicidad puede experimentarse mientras escuchamos música, saboreamos el platillo que tanto nos gusta, nos encontramos en una reunión con nuestros amigos o simplemente salimos a hacer una caminata al aire libre. Para ese estado de relajación el cuerpo lo gratifica segregando endorfinas.
Sin embargo, si somos unas personas egoístas y caprichosas, siempre vamos a esperar que esos estímulos vengan de fuera como un regalo, que nos digan que nos quieran o que nos abracen, no obstante, debemos trabajar para que la fuente de generación de nuestra felicidad sea interna.
Sólo cada uno de nosotros sabemos que es lo que nos da alegría y nuestro deber es buscar la felicidad.
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