El teleférico y la política

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El teleférico de la ciudad de Zacatecas, puesto en operación en 1979, es el principal ícono de promoción turística del estado, pero en la actualidad simboliza también la ineficiencia y la simulación de funcionarios y gobernantes zacatecanos, ante el fracaso de su remodelación.

 

Constituye el ejemplo de la manipulación de los costos en la obra pública, puesto que los presupuestos iniciales dados a conocer a la opinión pública, son totalmente diferentes y más altos a la realidad actual.

 

Pero es también una clara muestra de la impunidad en el ejercicio de los recursos públicos, del tráfico de influencia del grupo político gobernante, para evitar no solo la sanción administrativa, sino el fincamiento de responsabilidades.

 

El recorrido solo duraba cinco minutos pero eran suficientes para atraer al turista nacional y convertirse en el principal símbolo de promoción turística de Zacatecas en el exterior, pero desde finales de 2015 que se adjudicó su remodelación a la empresa francesa Poma, el teleférico está sin funcionar.

 

Cabe recordar que el proyecto de remodelación del teleférico fue presentado por la hermana del gobernador Miguel Alonso Reyes, Lucía, ante la Junta de Gobierno del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (Sedif) en junio de 2014, ante integrantes de

Sinfra (Secretaria de Infraestructura) y de la Secretaría de Finanzas (Sefin).

 

La entonces presidenta del DIF, Lucía Alonso Reyes, informó en aquella ocasión que la obra de remodelación tendría un costo de 60 millones de pesos, y que era necesario invertir ese capital debido a que el teleférico había llegado a su vida útil y representaba un riesgo para los usuarios.

 

La hermana del gobernador se mostró muy interesada en la remodelación y para julio de 2014 la junta de gobierno del DIF estatal ya había recibido cotizaciones de la empresa francesa POMA y de la Austriaca Doppelmaryr Garaventa. El gobierno de Miguel Alonso se decidió por la francesa.

 

No hubo licitación y a finales del año 2015 la empresa francesa POMA ya era la adjudicataria directa del proyecto. La empresa sería la responsable del diseño y fabricación de las canastillas, su traslado, instalación y puesta en operación, con un costo de tres millones 603 mil euros o sea, 63 millones de pesos de aquel momento.

 

La obra civil se pagaría por separado y tendría un costo adicional para el montaje de las canastillas y de los implementos de operación, lo que elevaría el presupuesto a 86 millones 942 mil 590 pesos.

 

En aquella ocasión se comprometió a ponerlo a operar en enero de 2016, pero no sucedió así y desde entonces, tanto el gobierno de Miguel Alonso como de Alejandro Tello Cristerna, han prometido fechas para su funcionamiento pero hasta el momento nada ha sucedido.

 

El actual mandatario estatal recibió un rezago de 740 obras inconclusas, entre ellas, el teleférico y el Centro Cultural “Toma de Zacatecas”, esta última, la inauguró el actual director de Fonatur en medio de charcos, humedades, obra negra, pero con un concierto en el que participó la Internacional Banda Sinfónica del estado, el tenor Fernando de la Mora y la cantante Dulce.

 

Sin embargo el 28 de mayo del 2017 el entonces secretario de Infraestructura (herencia también de Miguel Alonso) informó junto con el DIF estatal el nuevo proyecto de remodelación que contempla el desplazamiento de 22 metros de la estación del cerro de La Bufa para mover el ángulo del cable dos grados 59 minutos (2`59“).

 

La nueva propuesta contemplaba una duración de 25 semanas o sea, aproximadamente seis meses, tiempo en el que participarían tres empresas: POMA que haría trabajos de calibración, montaje de cabinas y puesta en marcha de infraestructura. También participaría la empresa Ingecable y una más que haría el trabajo de obra civil.

 

Pero el presupuesto se elevó en aquella ocasión a 105.7 millones de pesos, muy lejos de los 60 millones iniciales, lo que constituiría 45.7 millones de pesos más de lo presupuestado inicialmente.

 

Lo peor es que nuevamente se incumplió con la puesta en marcha del teleférico en diciembre del año pasado y a principios del actual, otra vez se volvió a prometer y comprometer que ahora sí, estaría funcionando para el período vacacional de Sema Santa.

Pero este fin de semana comenzó el Festival Cultural Zacatecas 2018 sin teleférico. El nuevo secretario de Infraestructura, Jorge Luis Pedroza Ochoa, volvió a mentir.

 

La lección que arroja la fallida, hasta este momento, remodelación del teleférico, nos dice que en la administración pública se elaboran proyectos sin una planeación adecuada, que existe opacidad en la asignación de recursos públicos para obras; que se nombran a funcionarios incapaces para el desempeño público y que la impunidad y la connivencia es una de las características de los gobiernos estatales.

 

No se explica de otra manera el engaño no solo para la sociedad zacatecana sin el menor rubor, pero también la manipulación que se hace en la promoción turística del estado, pues se le miente al visitante con un servicio del que se carece.

 

El teleférico será inaugurado con bombo y platillo algún día ya no tan lejano, en el que seguramente habrá discursos de la “nueva” política de promoción turística de Zacatecas, pero también quedará como un símbolo de la ineficiencia, la simulación, opacidad e impunidad política local.

Al tiempo.

@juangomezac

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