Despilfarro en médicos cubanos

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La Cuarta Transformación buscaba desde hace varios meses el pretexto ideal para traer médicos cubanos a México. El personal sanitario es el orgullo de aquella nación, desde la administración de Fidel Castro. Mientras tenían la entonces Unión Soviética, ese gobierno destinó fuertes cantidades de dinero para la investigación y preparación de sus médicos y enfermeras, así como a personal de apoyo hospitalario.

Realizaron investigaciones alrededor del colesterol con un medicamento llamado PPG mismo que era “milagroso”, ya que no sólo disminuía las hiperlipidemias, sino que al mismo tiempo era un auxiliar en la lucha contra la impotencia sexual masculina.

Al paso del tiempo, los hospitales y las estructuras académicas cubanas se hundió. No había investigación por que no había dinero ni para comer. El ingreso de divisas se consolidó gracias a la prostitución, los servicios médicos “milagro” contra el cáncer que en Occidente e incluso en Oriente, no le daban ningún reconocimiento.

Hace varios años, Fidel aprovechó la amistad con el entones presidente de Venezuela, el socialista Hugo Chávez, para enviar médicos a esa nación. Él creía en la medicina milagro cubana y que le evitarían la muerte ante un agresivo cáncer de colón. No logró salvarse, lo que ahora es historia. No le funcionó la “medicina milagrosa” de los cubanos.

Al mismo tiempo, en base a las relaciones de los grupos socialistas europeos, lograron colocar una veintena de equipos en igual número de países, con el fin de combatir el coronavirus. La mayoría resultó defraudada, ya que enviaron a médicos que no estaban interesados en atender a enfermos, sino en turistear.

En algunos países el pago de los servicios se hizo en especie y en otras, como en México, en efectivo; en dólares, pues. Esto debido a que en esa isla dicen tener suficiente personal para atender la emergencia, pero tienen dificultades en importar equipos médicos y alimentos a raíz del embargo.

Al Gobierno de la Ciudad de México, de Claudia Sheinbaum, enviaron 687 médicos por el pago de 6.2 millones de dólares, alrededor de 130 millones de pesos. Los dólares fueron entregados por adelantado al Gobierno cubano, quien se encarga de jinetearlos por razones de “estado”. Médicos mexicanos se quejan porque los cubanos solo están para “observar y asesorar”, no para estar en la primera línea de las trincheras contra el COVID-19. Para eso están los mexicanos; para que atiendan a sus pacientes. Ellos, como el chinito: sólo milando.

Sudáfrica recibió 217 médicos cubanos para combatir el coronavirus, a cambio de un cargamento generoso de equipos médicos al gobierno de Miguel Diaz-Canel. Otro grupo fue a Italia, mediante un pago en efectivo.

En todos los casos, el gobierno cubano es el que cobra por los servicios de los médicos, a quienes no les ofrece planes de seguridad o dinero. Les pagan alrededor de 60 dólares en pesos cubanos, que están oficialmente a la par, con lo que pueden comprar una canasta básica para 2 televisiones, servicio de internet, carne (res, pollo o pescado) dos veces por semana (los de salario mínimo una vez al mes), y el lujo máximo: un sistema de aire acondicionado y el pago de electricidad para el mismo.

Un negocio redondo para el gobierno. Explotan a sus médicos, los ponen en niveles de alto riesgo y cobran por ellos. Ellos ganan 10 mil 650 dólares en México, y sólo les regresan 60 dólares mensuales por el tiempo que estén en México. Cuba gasta 35 mil dólares, en el pago de sus médicos, y recibe la friolera de 6.2 millones. Eso si que es socialismo. Eso nada más con la Ciudad de México, pero sabemos que hay médicos cubanos en Tabasco, que gobierna Adán López; en Veracruz con Cuitláhuac García; Puebla con Miguel Barbosa; Chiapas, con Rutilio Escandón, entre otras entidades de bandera morenista.

En fin, la oportunidad que buscaba la Cuarta Transformación para apoyar a Cuba. Pero, ese dinero serviría para dotar a nuestros médicos, que están en la primera línea de fuego, de insumos para su protección y comprar seguros de vida. En cambios nos convertimos en faroles de la calle. Viva Cuba; que se mueran nuestros médicos, enfermeras, camilleros y demás personal sanitario nacido en México.

Por cierto, la medicina cubana ya es obsoleta; superada por otras naciones, incluidas México.

PODEROSOS CABALLEROS: Pese a que recientemente la secretaria de Turismo de Yucatán, Michelle Fridman, dijo que había renunciado a su empresa de relaciones públicas Eme Media, resulta que es la principal beneficiaria con contratos de 6 millones de pesos por promover la entidad. Tiene la promoción de Puerto Vallarta, Guadalajara, León, San Miguel de Allende y Yucatán. Si lo hiciera bien daría resultados con su trabajo, pero se equivoca hasta con sus mensajes promocionales. Confunde una playa de Campeche con Yucatán y la catedral de Valladolid con la de Mérida. Trabajo de Michelle es caro, impreciso, superficial y desastroso. ¿Se habrá dado cuenta de esto el gobernador yucateco Mauricio Vila? Un despilfarro en tiempos del COVID-19

RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA: De acuerdo a la UGIN, consultora de GINgroup, que preside Raúl Beyruti, diagnosticó el Bienestar Laboral, herramienta de medición organizacional que utiliza los parámetros de la NOM035 para la felicidad laboral. Las empresas tienen un nivel del 60% en la organización del tiempo en el trabajo. Esto es el balance de vida de los colaboradores en las organizaciones y cómo la cantidad de trabajo perjudica las actividades familiares y personales de los individuos. La UGIN, proporciona herramientas para aprovechar el tiempo en casa, a fin de reducir el estrés y concentrarse en actividades que permitan el crecimiento personal al disminuir los niveles de estrés y para generar una sociedad mejor.

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