Derecho a la educación por la paz

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La Constitución mexicana en su artículo 3º dispone que todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado está obligado a impartir educación de manera laica, gratuita y obligatoria en los niveles de preescolar, primaria, secundaria y media superior. Los particulares pueden impartir educación privada, siempre y cuando cumplan con los requisitos establecidos en la Constitución y por las autoridades educativas correspondientes.

Asistir a la escuela es muy importante, porque a través de la educación es como nos vamos perfeccionando como seres humanos.

Cabe señalar que no es suficiente con asistir a la escuela, sino también debemos de poner de nuestra parte para seguir aprendiendo como es atender a lo que dice el profesor, realizar nuestras tareas, respetar a las autoridades educativas, así como también a nuestros compañeros de clases, porque todas esas actividades son parte de nuestra formación.

Tenemos que demostrar nuestra voluntad para seguir aprendiendo con la finalidad de construir una mejor sociedad.

Así como nosotros tenemos derecho a recibir educación, también hay personas que tienen el derecho a educarnos como son nuestros padres, la comunidad educativa y el mismo Estado.

El proceso educativo implica siempre una relación entre educando y educador: aprendemos al enseñar, nos enseña el que aprende.

Los padres son educadores naturales y prioritarios de sus hijos. Los hijos tienen derecho a ser educados por sus padres.

La comunidad educativa aparece asumiendo el deber de colaborar con la “instrucción educativa”, de conducir e incentivar el proceso de enseñanza-aprendizaje requerido por los educandos para su incorporación a la civilización y a la cultura, la escuela.

El Estado tiene que cumplir un deber frente a sus ciudadanos en el orden educativo, en primer lugar educan a través de leyes justas, por el orden y la paz y en segundo lugar a través de los planes de estudio.

La calidad de la educación tiene un fuerte efecto en el logro de los estudiantes. La escuela debe de procurar un ambiente ordenado y seguro, recursos materiales adecuados, una persona docente estable y un sentido positivo de comunidad.

Por lo que no solamente se debe de impartir una educación para adquirir conocimientos sino también para aprender a vivir en sociedad y de manera positiva.

Por eso es importante la educación para la paz en las escuelas, la cual es una forma de educar en los valores de la justicia, democracia, solidaridad, tolerancia, convivencia, respeto, cooperación, autonomía, racionalidad y amor.

A través de la educación para la paz se facilita la adquisición y construcción, durante toda la vida de valores, actitudes y conocimientos fundados en el respeto de los derechos humanos; se asegura la convivencia en entornos plurales y con diversidad cultural; se aprende a convivir de manera pacífica con los conflictos y se previene la violencia.

 

Por lo que hay que promover aulas pacíficas que representen procesos participativos en toda la comunidad educativa, constituyéndose en verdadera comunidad de aprendizaje y aplicación de estrategias de mejora de la convivencia y de prevención a través de la resolución pacífica de los conflictos.

 

Aprender a vivir con los demás es uno de los principales pilares de la educación actual y son, precisamente, los centros educativos los escenarios más propicios junto con las familias para realizar este aprendizaje basado en el descubrimiento y reconocimiento del otro, el respeto de la diversidad, así como de los principios y garantías fundamentales.

 

“Educar a la mente sin educar al corazón no es educación alguna”

Aristóteles

 

¡Haciendo las paces con la niñez!

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