Declaran a Centro Histórico de Tlatelolco como patrimonio Cultural intangible de la Ciudad de México
Autoridades del gobierno capitalino, del gobierno federal y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) declararon al Centro Histórico de Tlatetolco como Patrimonio Cultural Intangible de la CDMX, al preservar elementos arquitectónicos, arqueológicos, coloniales y emblemáticos que contribuyen a fortalecer la identidad y la cultura y que se deben preservar para el conocimiento y disfrute de futuras generaciones.
La declaratoria se acompaña de un plan de salvaguarda elaborado por arqueólogos, antropólogos y sociólogos, con el objetivo de salvaguardar los elementos fundamentales de la memoria histórica, social y política de la ciudad. La propuesta que nació en la UNAM, integra la visión de habitantes de la zona, así como los criterios del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
En el evento, el Jefe de Gobierno, José Ramón Amieva Gálvez, señaló que esta declaratoria permite sumarnos a lo que se ha escrito y contribuye a fortalecer la identidad, costumbres, tradiciones y elementos históricos que se deben transmitir de generación a generación como un reconocimiento justo a lo que se ha hecho bien.
Afirmó que la mejor forma de honrar la memoria es a través de bienes colectivos y no aquellos que hagan referencia al culto hacia una sola persona, máxime si se trata de quienes se dedican al servicio público o son funcionarias o funcionarios que tienen la obligación de hacer bien su trabajo.
Tras referir que mañana 2 de octubre se cumplen 50 años del Movimiento de 1968, año en que la Plaza de las Tres Culturas se cubrió de sangre por la agresión fatal a estudiantes, subrayó que tras varias peticiones ciudadanas, serán retiradas diversas placas alusivas al ex Presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz, de seis estaciones del Metro y de la Plaza de Armas de la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca, al considerar que son un culto a la persona y no al esfuerzo colectivo ni a la memoria social.
El mandatario capitalino manifestó que no se puede permitir la remembranza de aquello que representa la represión y la muerte y desafortunadamente la historia de 1968 se escribió con sangre, situación que no se tiene que repetir. “No debe existir ni un sólo estudiante más del que se desconozca su paradero”, enfatizó tras asegurar que el retiro de placas de las estaciones del Metro no afecta el servicio que se ofrece de manera cotidiana.
Al hacer un repaso histórico desde su fundación hasta los sucesos como la tragedia de 1968, el sismo de 1985 y otros eventos de gran relevancia en Tlatelolco, Eduardo Vázquez Martín, titular de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, comentó que no se puede comprender el presente si no conocemos el pasado, de ahí la importancia de esta declaratoria que permitirá conocer la elementos que albergan estas contrastantes edificaciones históricas y patrimoniales.
Enrique Graue Wiechers, rector de la UNAM, expuso que este sitio guarda de forma intangible una memoria histórica invaluable que conjunta símbolos materiales, visibles y palpables que dan muestra de la resistencia, transformación, resiliencia y de constante adaptación. Abundó que este conjunto emblemático guarda el recuerdo de una serie de movimientos que dan origen a los valores ciudadanos en cuyas plazas, edificios y muros están las aspiraciones de lo que la ciudad ha sido y ha pretendido ser.
Lidia Camacho Camacho, directora general del INBA, dijo que esta declaratoria contribuirá a la salvaguarda y preservación de este sitio, así como a la educación patrimonial, incentivando el interés de la comunidad por conocer y valorar nuestra identidad y memoria. Mientras que Mariel Calderón, vecina de Tlatelolco, dijo que a través de su trabajo como maquetista continuará contribuyendo a la construcción de la historia y a la transformación de la ciudad.
Inauguran “Monumento a la Ausencia”
Poco antes de la signa de la declaratoria, Enrique Graue Wiechers, Jaime Rochín del Rincón, comisionado ejecutivo de Atención a Víctimas; Esmeralda Reynoso y Severino Sánchez, sobreviviente de la masacre de 1968, inauguraron el “Monumento a la Ausencia”, pieza de la artista israelí Yael Bartana, que rinde homenaje a las víctimas del movimiento estudiantil.
Ricardo Rafael de la Madrid, director del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, afirmó que esta pieza dedicada a las personas injustamente ausentes por exigir el ejercicio a la libertad de manifestación, expresión y otras garantías, también representa las ausencias constitucionales que han permanecido hasta la actualidad. Agregó que la mejor forma de conmemorar el movimiento es abrazando la Constitución, a las instituciones, los derechos y las obligaciones.
Jaime Rochín del Rincón aseguró que los hechos de hace 50 años no se explican por ninguna área de estudio ante la magnitud de lo ocurrido en este lugar, marcado por una huella de sangre que se debe transformar para que la responsabilidad sea señalada por el peso de la historia.
Severino Sánchez expuso las vivencias que preserva en su memoria sobre lo que denominó “genocidio y autoritarismo bárbaro” cometido por el gobierno de esa fecha y añadió que la mejor forma de honrar el movimiento es salvaguardando los derechos de las mujeres, de la niñez y de la juventud para garantizar libertades como de opinión y otras.
Julio García Murillo, curador de la pieza, explicó que la intervención artística es la que ganó un concurso internacional convocado por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y la UNAM, como parte de las acciones de reparación colectiva a las personas afectadas por el Movimiento y es resultado de una colaboración entre diversas instituciones y organizaciones, Colectivos, Comités e integrantes de la sociedad civil que reprueban los actos de represión.
Inaugurado archivo Histórico M68
Asimismo, en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco se inauguró una plataforma digital de libre acceso que reúne una amplia colección de documentos, objetos, fotografías, caricaturas, mantas, entrevistas, volantes, manuscritos, expedientes entre otros materiales alusivos al Movimiento de 1968.
Eunice Hernández, coordinadora de la colección, destacó la importancia de la memoria que seguirá en construcción y que busca contribuir a conocer la verdad histórica. Susana Zavala, investigadora especializada sobre temas del M68, subrayó que mediante estos documentos es posible tener acceso al censo de víctimas, hospitales, heridos, detenidos, delitos imputados, personas desaparecidas, entre otros que suman cerca de 2 mil registros.
Luis Vargas, investigador universitario, señaló el funcionamiento de la plataforma para realizar las búsqueda y detalló que esta herramienta reúne una gran cantidad de documentación relativa a diversas movilizaciones sociales que han contribuido al reconocimiento de derechos en México. Es un trabajo a largo plazo que inició con 25 mil registros que implica alrededor de 100 mil objetos digitales, provenientes de 47 archivos.
Jorge Luis Volpi Escalante, coordinador de Difusión Cultural de la UNAM, afirmó que la población se ha ensanchado con distintos movimientos sociales que permiten ver grandes logros en términos de libertades y derechos a lo largo de 50 años, por lo cual es necesario rescatar la memoria de 1968 para analizar lo que se ha hecho mal durante las últimas décadas con el objetivo de reparar dichas situación y construir un mejor futuro.
Mercedes de Vega, directora del Archivo General de la Nación (AGN), enalteció el derecho a saber y deber de recordar y dijo que esta plataforma contribuye a una memoria reflexiva para transitar del simple recuerdo a la búsqueda de la verdad y de la justicia.
Es por ello, que el AGN y la UNAM hicieron un llamado al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) que permitiera su consulta sin exigir el cumplimiento de disposiciones de la Ley de datos personales por su contribución al bien común.
Luis Raúl González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, subrayó que el 2 de octubre marcó el inicio de un cambio que aunque gradual y perfectible permitió un florecimiento del Estado democrático, la consolidación de los derechos humanos en el país y la conquista de instituciones republicanas con las que hoy contamos.
En los eventos participaron Graciela Aurora Mota Bello, presidenta del Consejo Directivo del Comité Nacional Mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, y Martha Turok Wallace, integrante del Consejo de Fomento y Desarrollo Cultural de la Ciudad de México, entre otros.
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