Damojh; decenas de incidentes aéreos

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La palabra es mitad de quien la pronuncia y mitad de quien la escucha.

Michel Maurice de Talleyrand-Périgord, 1754-1838; político y diplomático francés

 

 

La impunidad con que vuelan aerolíneas propiedad de Manuel Rodríguez Campo, llevaron a la muerte a más de 100 personas en el accidente del viernes pasado en la Habana, Cuba. Operaba con autorización de la Dirección de Aeronáutica Civil, son cumplir los requisitos elementales para proteger la vida de tripulación, pasajeros y de personas en tierra.

Estimado lector, déjame platicarte una historia que vivimos en carne propia un grupo de periodistas mexicanos. En febrero del 2014, un grupo de reporteros de la Fuente Política abordamos un vuelo fletado por Javier Duarte de Ochoa, entonces gobernador de Veracruz, a una reunión plenaria de Senadores. El vuelo fue de Global Air, que partió alrededor de las 19 horas. En el vuelo viajaba, además, el que fuera líder del sindicato de pilotos, Jesús Ramírez Strabros.

Desde el inicio del vuelo estuvo movido y turbulento, lo que no es extraordinario en época de lluvias, pero tenía evidentes problemas de presión dentro de la aeronave, un Boeing 737, que se reflejaba en el “taponamiento” de los oídos de todos los pasajeros.

Fuertes vientos atacaron al avión. Parecía no sostenerse en el aire, mientras el piloto acercaba a la pista el avión. Llovía intensamente, pero nada extraordinario para quienes viajamos cotidianamente no provocaba sorpresa. Carecemos del conocimiento de vuelo, pero sabíamos que algo estaba mal. Incluso el rostro de Ramírez Stabros se apreciaba con preocupación.

Nunca olvidaremos ese aterrizaje en Veracruz. Un avión que se movía entre 45 y 60 grados en ambos sentidos. El viento lanzaba la aeronave arriba, abajo, izquierda y derecha con furia. Al tocar tierra, lo hizo con una de las llantas y sobre una de ellas avanzó varios metros, quizá unos 400 metros. Al caer la otra llanta brincaba el Boeing sin control.

Al final, la pericia del piloto se impuso y logró dejar la aeronave en la pista. Incluso mientras carreteaba rumbo a la terminal, el viento movía con brusquedad el avión que parecía podría someterse a la voluntad de Eolo. Al bajar de la aeronave, el viento nos movía a los pasajeros que teníamos que caminar unos 50 metros hasta el edificio. Pregunté alpiloto, de unos 40 años de edad, que velocidad tenían los vientos y me dijo más de 80 kilómetros por hora. Y le pregunté si era más seguro viajar de regreso a la Ciudad de México, a lo que contestó encogiendo los hombros: mis órdenes eran “aterrizar como de lugar” para atender a otro vuelo fletado.

Después supe que la aeronave se alquiló en 500 mil pesos para 80 pasajeros, cuando ese tipo de viajes se alquila por mucho menos. Un supuesto ahorro, ya que las aerolíneas de vuelos programados como Aeroméxico, Volaris o Interjet, hacen vuelos chárters por mucho menos dinero. Un negocito para algún funcionario gubernamental.

Aerolíneas Damojh, es una chartera que ofrece sus servicios a muchas dependencias de gobierno a precios realmente ridículos. Esas dependencias, con enorme desprecio a la vida de periodistas, los invitan a viajar en aerolíneas que son baratas y no ofrecen las garantías de seguridad para los pasajeros, ni para el resto de los mexicanos en tierra. Pueden estrellarse en cualquier parte.

A través de la marca Global Air, fundada 1992 en México por el piloto español Manuel Rodríguez Campo, Aerolíneas Damojh tiene una larga lista de pleitos judiciales en varias partes de América Latina y México a consecuencia de sus actividades abusivas contra trabajadores, proveedores y pasajeros.

Rodríguez Campo, con oficinas en la colonia Obrera de la Ciudad de México, controla varias aerolíneas en Ecuador, Sudamericana de Aviación, Sudaeroecuador, donde opera en aeropuertos de bajo nivel que les cobra poco por los servicios. En México aterriza en Celaya, Guanajuato.

En México, ¿autoridades de Aeronáutica Civil y de la SCT, que encabeza Gerardo Ruiz Esparza, asumirán sus responsabilidades en esos vuelos? Definitivamente, no. Otro caso de impunidad.

PODEROSOS CABALLEROS: Se siguen sumando impresentables a la campaña de Andrés Manuel López Obrador. Ahora se suma José Sosa, el cacique de la Universidad Autónoma de Hidalgo, quien detenta el control del dinero y los estudiantes desde al gobierno de Guillermo Rosell de la Lama. Ya le dio posiciones en candidaturas y ahora ve menos la franquicia que le alquiló a Dante Delgado, Movimiento Ciudadano, con el que hacía ruido en la entidad gobernada por Omar Fayad.

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