COPRED llama a visibilizar las brechas de género persistentes en el Día Internacional de la Mujer Indígena

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En el marco del Día Internacional de la Mujer Indígena, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) reconoce la función clave que las mujeres indígenas desempeñan dentro de sus comunidades en la Ciudad de México, pues juegan un papel destacado en la promoción de la cultura y el uso de las lenguas. Al mismo tiempo, hace un llamado para visibilizar las brechas de género persistentes que, sumadas a otro tipo de discriminaciones que se intersectan, limitan su acceso a derechos.

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 (INEGI, 2020), en la Ciudad de México hay un mayor número de mujeres indígenas, tanto como hablantes de una lengua indígena como por autoadscripción. Un total de 825 mil 325 personas de 3 años en adelante se consideran indígenas; 432 mil 539 son mujeres y 392 mil 786 hombres. Además, de acuerdo con el cuestionario ampliado, 142 mil 201 personas son hablantes de una lengua indígena, pero solo 115 mil 263 se reconocen indígenas (81.1%), y el porcentaje de mujeres es mayor (82.7% contra 79.2%).

Los datos censales revelan que más mujeres que hombres se reconocen como indígenas, y que hay una importante diferencia entre las personas hablantes de lengua indígena en relación con la variable sexo. Es relevante que son las mujeres quienes mayormente preservan los usos lingüísticos de origen indígena.

En términos de alfabetización y ocupación de la población indígena en la Ciudad de México, las personas que hablan una lengua indígena registran el 91 por ciento de alfabetización –por encima del nivel nacional, que solo alcanza el 79 por ciento–. Sin embargo, entre las mujeres indígenas mayores hay más analfabetismo, en relación con los hombres.

En torno a la Población Económicamente Activa (PEA), los datos censales del 2020 muestran que de cada 10 personas indígenas que no realizan una actividad económica, siete son mujeres y tres, hombres. En la Ciudad de México, entre las personas de 12 años y más que hablan una lengua indígena, la actividad económica es de 54.3% para los hombres y 45.7% para las mujeres.

El panorama que muestran estos datos es que pese a que las oportunidades de acceso a educación y actividades productivas para las mujeres que se adscriben como indígenas en la Ciudad de México son mayores que a nivel nacional, las brechas de género persisten, y la intersección de múltiples desigualdades las coloca en condiciones particularmente difíciles, que se agravan ante desastres y emergencias, como lo documentó COPRED en el informe Impactos diferenciados por covid-19: diálogos con organizaciones de la sociedad civil.

Debido a la disminución de actividades como consecuencia del aislamiento social derivado de la pandemia por covid-19, se han recrudecido situaciones de desventaja que las mujeres indígenas han enfrentado históricamente. El cierre de escuelas, por ejemplo, ha generado tareas de cuidados adicionales que recaen principalmente en las mujeres de las comunidades indígenas, lo cual puede desencadenar incrementos en los índices de abandono escolar de niñas y adolescentes indígenas, así como de violencia de género.

En términos de subsistencia, la cancelación de actividades económicas, como el cierre de espacios públicos que representan una fuente de ingresos crucial para las economías tradicionales, ha impactado directamente en su seguridad alimentaria.

En suma, las situaciones de desigualdad y desventaja que mantienen a las niñas, adolescentes y mujeres indígenas en un escenario de vulnerabilidad deben contrarrestarse mediante la implementación de medidas específicas que mitiguen los impactos ocasionados por la contingencia.

Además, el diseño de apoyos escolares para garantizar el regreso seguro a la escuela de las niñas y jóvenes indígenas, la creación de refugios para salvaguardar la integridad de las mujeres en casos de violencia, la implementación de un enfoque intercultural y de perspectiva de género en las campañas de prevención y atención de posibles casos de covid-19, así como la atención digna en centros de vacunación, son tareas fundamentales para salvaguardar los derechos y el bienestar de las niñas, adolescentes y mujeres indígenas.

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