COPRED llama a reconocer y respetar los derechos de las personas mayores

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Cuando nos referimos al envejecimiento, hablamos de un proceso natural, gradual, continuo e irreversible de cambios a lo largo del tiempo. Estos ocurren en aspectos biológicos, psicológicos y sociales, y están determinados por la historia, la cultura y las condiciones geográficas y socioeconómicas de los grupos y las personas. Por ello, la forma de envejecer de cada persona es diferente.

En demografía se utiliza la edad cronológica para determinar a la población envejecida, que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha llamado personas mayores. La Ciudad de México considera dentro de este grupo a quienes tienen 60 años y más. Este criterio es utilizado también por el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) y otras instancias como la Secretaría de Salud.

El 28 de agosto se conmemora el Día Nacional de la Personas Mayores, el cual fue instituido en 1998 con el objetivo de visibilizarlas, reconocer sus aportes a la sociedad y su desarrollo, así como hacer un llamado al respeto y garantía de sus derechos.

El artículo 11 de la Constitución Política de la Ciudad de México considera a las personas mayores un grupo de atención prioritaria, y reconoce sus derechos a servicios de salud especializados y cuidados paliativos, así como a una pensión económica. También mandata el establecimiento de un sistema integral para su atención, que prevenga el abuso, abandono, aislamiento, negligencia, maltrato, violencia y cualquier otra situación que implique tratos que atenten contra su seguridad e integridad.

En la conmemoración de este día, es necesario recordar que la pandemia por covid-19 ha evidenciado y profundizado las necesidades, vulnerabilidades y condiciones de desigualdad y discriminación que viven las personas mayores, particularmente en torno a su derecho a la salud, pero también a los impactos diferenciados relacionados con el abandono, la violencia y las repercusiones emocionales del confinamiento.

De acuerdo con los resultados del Censo INEGI 2020, en nuestro país la población de 60 años y más pasó de 9.1% en 2010 a 12.0% en 2020, lo que representa más de 15 millones de personas mayores, de las que más de 8 millones son mujeres. Con la presentación de estos resultados, el organismo destacó que el proceso de envejecimiento queda en evidencia en la pirámide poblacional, pues la proporción de niñas, niños y adolescentes ha disminuido y se ha incrementado la de personas mayores.

Gran parte de las desigualdades entre mujeres y hombres mayores es resultado de las que enfrentaron en otras etapas de su vida, lo cual suele situar a las mujeres en mayores condiciones de desventaja en términos de bienestar social, económico y psicológico. Por ejemplo, menores niveles de educación asociados a estereotipos que privilegiaban la asistencia escolar de los niños sobre las niñas, y que en la edad adulta significaron menores oportunidades de incorporarse al campo laboral. Esto se relaciona con un mayor riesgo de vivir en pobreza y sin pensión o servicio médico durante la vejez, debido a menores oportunidades de incorporarse a trabajos remunerados o contar con ahorros.

Incluso antes de la pandemia por covid-19, más del 50% de las poblaciones mayores carecía de acceso a algunos servicios de salud esenciales, un problema que se ha exacerbado durante esta emergencia sanitaria. Es importante mencionar que no basta con garantizar que las personas mayores tengan acceso a los servicios básicos de salud; estos deben adaptarse a sus necesidades específicas. Si bien cualquier persona enfrenta un riesgo de contagio, la población de más de 60 tiene mayor probabilidad de enfermar gravemente o morir. Por esa razón, el proceso de vacunación ha sido y sigue siendo tan relevante, y aunque representa un grado de protección contra la enfermedad, el contagio puede seguir ocurriendo, por lo que el uso de cubrebocas y la sana distancia siguen siendo indispensables para cuidar a las personas mayores.

De acuerdo con el informe Impactos diferenciados por covid-19: diálogos con organizaciones de la sociedad civil, elaborado por el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), datos proporcionados por las organizaciones refieren que la mayoría de las personas mayores viven en compañía de sus familiares, situación que puede tener un papel relevante para su bienestar físico y emocional, particularmente en el caso de quienes requieren de cuidados o apoyo a causa de una enfermedad o discapacidad, siempre y cuando se trate de hogares donde no se viven situaciones de violencia intrafamiliar. Sin embargo, hay un porcentaje de personas mayores que viven solas, en hogares unipersonales, lo cual puede representar mayor vulnerabilidad ante cualquier emergencia o necesidad que no puedan satisfacer por ellas mismas.

Otros derechos afectados de manera más profunda y agravada, además de a la salud, son el derecho al trabajo, a una vida libre de violencia, a bienes básicos como vivienda y alimentación y a la información, entre otros.

Desde el COPRED, hacemos un llamado al respeto y garantía de los derechos de las personas mayores y, en el contexto de la pandemia por covid-19, que aún no termina, destacamos la necesidad de que gobiernos, sociedad civil, agencias internacionales, medios de comunicación y otros trabajemos juntos para

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