Congreso exhorta a impulsar campañas sobre el adecuado manejo de focos ahorradores

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La Comisión Permanente hizo un llamado a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para que, en coordinación con sus homologas en las 32 entidades federativas, promuevan campañas informativas para el correcto manejo y reciclaje de lámparas ahorradoras.

 

El dictamen aprobado en sesión ordinaria, precisa que el uso de lámparas ahorradoras no representa un peligro en primera instancia, y expone que es conveniente realizar acciones con el propósito de que la gente conozca el tratamiento que se debe dar a estas cuando su vida útil haya concluido.

 

Los focos ahorradores, se agrega, contribuyen al cuidado del medio ambiente y a la disminución del gasto del pago de la energía eléctrica, aunque también repercuten en la salud de las personas, al estar constituidos de materiales que pueden ser nocivos si no se tiene un correcto manejo para ser desechados.

 

Las lámparas ahorradoras utilizan mercurio que, al encenderse, se gasifica y genera energía ultravioleta que choca en las paredes de cristal del tubo para emitir la luz.

 

En el dictamen se detalla que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que la exposición al mercurio, incluso en pequeñas cantidades, puede causar graves problemas de salud y es peligrosa para el desarrollo intrauterino y en las primeras etapas de vida.

 

Puede ser tóxico para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel, pulmones y riñones; y es uno de los diez productos o grupos de productos químicos que plantean especiales problemas de salud.

 

En 2012, la Ciudad de México emprendió, a través de la Secretaría de Medio Ambiente el “Plan Verde”, mediante este plan dan una serie de pasos a fin de llevar el manejo de residuos de lámparas fluorescentes cuando se quiebren.

 

De acuerdo con dicho Plan se deben colocar guantes protectores; cubrirse la boca; conseguir una caja, no una bolsa; recoger los fragmentos grandes y ponerlos en la caja; barrer las astillas y pedazos pequeños con un papel o cartón; limpiar la zona usando un paño húmedo; colocar el paño húmedo en la caja; sellar la caja usando cinta adhesiva; marcar la caja, señalando el contenido; y llevar la caja a un área donde traten los desperdicios.

 

La Asociación Greenpeace señala que el uso de lámparas ahorradoras en el hogar es seguro, y recomienda que cuando una lámpara ahorradora se rompa, es necesario usar guantes para recoger los residuos; evitar hacerlo con las manos sin protección; no aspirar los residuos de una lámpara o tubo fluorescente que se ha roto; ventilar el área donde se rompió; colocar los residuos en una bolsa y sellarla; y depositarla en la basura, junto con otros residuos inorgánicos.

 

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