Avanza segunda etapa del estudio de luciérnagas en el Bosque de Tlalpan

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La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México lleva a cabo la segunda etapa del estudio de luciérnagas en el Bosque de Tlalpan, en la cual investigadores realizan un censo para dimensionar la población, los puntos de avistamiento y las especies que habitan esta Área Natural Protegida (ANP).

La investigación realizada a través de la Dirección General del Sistema de Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental (DGSANPAVA) tiene como objetivos conocer el estado de conservación de las luciérnagas, realizar estrategias para el cuidado y crecimiento de su población y determinar la viabilidad de realizar recorridos de avistamiento en el Bosque de Tlalpan.

En la primera fase del estudio, que transcurrió de marzo a junio, expertos revisaron las condiciones del suelo donde viven las luciérnagas, así como la fauna coexistente. En esta segunda etapa, los biólogos realizan un monitoreo de estos escarabajos en los puntos del ANP donde sucedieron los avistamientos.

Como parte de la revisión periódica de estos sitios, se lleva a cabo un estudio de captura y remarcaje, que sirve para integrar un censo de luciérnagas y conocer las especies que habitan el área, explicó el biólogo Edwin Domínguez.

Hasta ahora, entre las especies identificadas está la llamada Photuris lugubris, que se caracteriza por tener los élitros o alas anteriores completamente negros y el pronoto o parte que cubre la cabeza es de una tonalidad ambarina.

La captura y marcaje se desarrolla sin hacer daño a los ejemplares. Ocurre de noche, cuando los insectos salen a buscar pareja y para atraerla emiten destellos mediante una reacción química conocida como bioluminiscencia. Para ello, las luciérnagas tienen un órgano fotógeno en la parte final de su abdomen o cola.

Para el censo, los insectos son atrapados con una red, luego se les aplica una pequeña marca de pintura en uno de sus élitros o alas. “Esta marca no interfiere en la reproducción ni es invasiva. Después de la marca se libera el ejemplar y así empieza el censo”, precisó el biólogo Ishwari Gutiérrez Carranza.

Durante el manejo se procura usar una luz tenue que sea menos invasiva, por ejemplo, luz azul. El marcaje es útil para distinguir si una luciérnaga ya había sido censada previamente o si es un individuo nuevo en el monitoreo. Los datos recabados ayudan a los investigadores a dimensionar la población y dispersión de estos insectos en el área protegida.

La información también servirá para definir estrategias de conservación de estos insectos y de su hábitat en el Bosque de Tlalpan. Esta segunda etapa coincide con la temporada de lluvias, que es cuando aumenta la presencia de luciérnagas adultas que buscan reproducirse y son más visibles por la luz que emiten.

Estos destellos son utilizados principalmente por los machos para llamar a las hembras. “Los adultos, que son los ejemplares que ya vemos que emiten luz salen solo un periodo de tiempo y su único objetivo es reproducirse”, agregó Ishwari Gutiérrez.

Estos escarabajos viven en promedio un año. Pasan la mayor parte de su vida en el suelo, por ello la importancia de estudiar la superficie de los polígonos donde se ha detectado su presencia en el Bosque de Tlalpan.

Las luciérnagas tienen un papel importante en el ecosistema. Al ser depredadoras, regulan poblaciones de otros insectos y mantienen el equilibrio en la cadena alimenticia, explicó Ishwari Gutiérrez.

Además del marcaje, la segunda etapa del estudio incluye visitar otros senderos del ANP Bosque de Tlalpan “para ver si hay otro tipo de avistamientos, hacer los registros en el GPS y seguir viendo si hay `explosiones´ de luciérnagas”, dijo Edwin Domínguez.

Otra de las tareas en curso es el uso de una trampa de intercepción de vuelo, la cual se coloca a unos tres metros de altura, con la finalidad de atrapar e identificar a las luciérnagas y otros insectos que suelen volar a ese nivel. Los ejemplares que caen en la trampa formarán parte de la Colección Nacional de Insectos del Instituto de Biología de la UNAM para futuros estudios.

Para conservar el hábitat de las luciérnagas y continuar con las investigaciones, se han delimitado algunas zonas del Bosque de Tlalpan, por lo que los especialistas solicitaron el apoyo y comprensión de los usuarios para respetar estas áreas y solo caminar por los senderos ya establecidos.

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