La asfixia, violencia sexual, descargas eléctricas, amenazas de muerte, palizas y tortura psicológica son algunas de la practicas que se utilizan para obtención de confesiones o como método de castigo. También constata la existencia en México de “una situación de inseguridad e impunidad” y sostiene que “la lucha contra la delincuencia organizada ha incrementado la tortura y los malos tratos”.
En México existen crímenes de lesa humanidad bajo responsabilidad de las fuerzas militares de seguridad, en el contexto de la lucha contra las drogas.