La administración federal —y de los tres niveles de gobierno— debe atender de manera inmediata y coordinada cualquier aviso de desaparición de niñas o mujeres afín de localizarlas lo más pronto posible, afirmó la Confederación Nacional de Profesionistas de México (Conapro).
Su presidente, Silvio Octavio García Rodríguez, recordó que las cifras emitidas desde las diversas procuradurías y fiscalías indican la desaparición de un total de 4 mil 527 mujeres entre 2017 y 2018 en México, “resulta preocupante el número de mujeres desaparecidas particularmente en Jalisco, estado de México, Yucatán, Puebla, Guanajuato y Chihuahua”, afirmó.
Citó un sondeo que revela, que cada día mujeres de todas las edades viven en riesgo constante de sufrir algún tipo de violencia y, prácticamente todas, en algún momento de su vida, han sido víctimas de violencia o se les ha amenazado por el simple hecho de ser mujer.
El estudio revela que sólo 13 instancias de procuración de justicia en el país dieron información sobre la capacitación que ha recibido el personal encargado de investigar las desapariciones de mujeres, no obstante, “solamente ocho de ella señalan haber tomado cursos de capacitación específicamente sobre búsqueda de personas desaparecidas, su registro, el delito de desaparición forzada o algún otro que sea sobre dicho tema”, dijo.
“El 59.3 por ciento (18 casos) de las instancias de procuración de justicia cuentan con un mecanismo para buscar de manera inmediata a las mujeres y niñas desaparecidas. También solo el 25 por ciento (7 casos) de las procuradurías y fiscalías que reportaron información sobre mujeres desaparecidas cuentan con una página web con el registro de las mujeres desaparecidas” añadió.
Esto vislumbra retos en dos sentidos: por una parte, en lo relacionado con la calidad de la información y la consistencia entre los datos que se reportan, “puesto que existe una amplia heterogeneidad en el total de las mujeres y niñas víctimas de violencia feminicida”, afirmó.
El ingeniero García Rodríguez resaltó la simultaneidad y el entrecruce de diversas formas de violencia en contra de la mujer, “ya sea familiar, sexual, psicológica, laboral, política, o, por preferencia sexual, étnica, religiosa, institucional, etcétera, responde a la multiplicidad de opresiones sociales que aún se ejercen sobre la mujer”.
“La manifestación brutal y extrema de la violencia de género es el feminicidio. En este sentido, resulta oportuno señalar que la violencia contra las mujeres es una ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres, por la cual, a diario, miles de mujeres son objeto de esta violencia.
“La discriminación y la violencia contra las mujeres es una de las formas más dramáticas de la desigualdad, que traspasa las fronteras de los países y, afecta a miles de mujeres en el mundo”, afirmó.
García Rodríguez recordó que de acuerdo con la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer emitida por la Asamblea General de la ONU en 1993, define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas. de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.
Por este motivo, el presidente de la Conapro pidió a los integrantes del Congreso de la Unión y del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador a activar un mecanismo que logré un formato único para atender este tipo de prácticas delictivas de manera inmediata y coordinada.