Andrés Manuel López Obrador recibió el espaldarazo de José Antonio Meade antes que cualquiera. Fue el escenario similar como en el 2000 cuando el entonces Presidente Ernesto Zedillo salió para dar su mensaje y reconocer el triunfo de Vicente Fox.
Fueron cinco minutos después que el INE de Lorenzo Córdova ofreciera el mensaje para dar el banderazo de arranque del PREP y a los candidatos revelar sus números. Es decir luz verde para poder hablar.
Ricardo Anaya también siguió la ruta para reconocer, minutos más tarde el triunfo de López Obrador, que las tendencias no le favorecieron y que en cambio fueron para el político tabasqueño. De hecho reveló que ya había hablado con él para felicitarlo.
Con ello el triunfo de López Obrador fue anticipado y no hubo necesidad de esperar al conteo preliminar que marca el oficial PREP.
La votación que alcanzo López Obrador es del 50 por ciento de los mexicanos, es decir la mitad esta con su proyecto, pero la otra no.
Ahora López Obrador tendrá que empezar a cumplir las grandes promesas que, a decir de los economistas se ve difícil.
Por ejemplo, vender el avión presidencial en más de siete mil 500 millones de dólares; vivir en su casa y no en la Residencia Oficial de Los Pinos; cancelar la reforma Educativa y la Energética. Otrogar dos mil 200 pesos mensales a los jóvenes estudiantes y doblar la pensión de los adultos mayores. Cambiar las Secretarias de Estado a las entidades y descentralizarlas, etcétera.
Las cifras le pueden dar como alianza con el PES y PT, 250 más uno de los 500 que integran la Cámara de Diputados, es la mayoría pero que no le alcanzara para las reformas constitucionales porque se necesitan las dos terceras partes. Con los Verdes alcanzaría incluso unos 275 diputados.
Es decir que tendrá que negociar como lo han hechos los anteriores Presidentes que, para su información tendrá que ceder terreno para lograr el voto que necesitara, tal vez los priistas serán la bancada bisagra.
Incluso anoche en el Partido Verde sonaba con mayor fuerza como posible alianza a Morena de sus bancada en San Lázaro y dejar al PRI totalmente desfondado. Históricamente sería la bancada tricolor con menos legisladores, un descalabro derivado de los casos de gobernadores corruptos, Veracruz y Quintana Roo.
Manuel Velasco, como gobernador de Chiapas, marco el mensaje de esa alianza desde que le impusieron los priistas la candidatura de Roberto Albores. El Verde tenía los votos para dar continuidad con la sucesión, pero no respetaron.
Para nadie es secreto que Velasco impulso la candidatura de Rutilio Escandón, el que fuera su presidente del Poder Judicial del estado, y quien arrasó para ganar la gubernatura pero por Morena.
Los priistas están confrontados con los Verdes y esa es la razón que puede llevar a esa alianza con Morena.
Ahora, basta esperar las cifras oficiales y la recomposición del Congreso para comenzar una nueva etapa de la historia de México. Las elecciones de ayer fueron, sin duda participativas y tal vez ejemplares.
EN LOS ESTADOS para Morena se perfilan los candidatos ganadores en Chiapas, con Rutilio Escandón; Morelos con Cuauhtémoc Blanco; Tabasco con Adán Augusto López; en la Ciudad de México, con Claudia Sheinbaum; y cerrada en Veracruz y Puebla.
Jalisco el candidato de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro lleva 15 puntos de ventaja sobre Carlos Lomelí de Morena, mientras que lo panistas retuvieron Guanajuato y pelean al PRI el estado de Yucatán.
Se espera que esta noche se oficialicen los números pata conocer cómo se conformara la República mexicana, es decir cuántos gobierno del PRI, PAN y del nuevo Movimiento Ciudadano y Morena.
COMO LES CAERÍA la derrota de Ricardo Anaya a los panistas rebeldes que dejaron la bancada para declararle la guerra por no estar de acuerdo con su candidatura, encabezados por el presidente del Senado, Ernesto Cordero y sus pares y compañeros, Javier Lozano, Roberto Gil, Jorge Luis Lavalle y Salvador Vega Casillas. Bueno, haga sus propias conjeturas.
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