¿Puede, o no, revivir el PRI?

Tras la puerta del poder

Roberto Vizcaíno

Con 90 años cumplidos, que lo ubican como el partido vigente más antiguo del mundo, el PRI eligió hace unos días al gobernador de Campeche -con licencia-, Alejandro Moreno Cárdenas y a Carolina Viggiano como sus nuevos presidente y secretaria general.

En medio de denuncias de todo tipo, dimisiones y la ausencia de los viejos liderazgos, los recién llegados llegan para enfrentar el peor de los escenarios nunca antes vivido por el Revolucionarios Institucional.

No pocos afirman que el PRI ineludiblemente se extinguirá. Que no hay santo ni programa que lo salve.

A contrapelo de estas afirmaciones, analistas como Luis Carlos Ugalde, expresidente del IFE y Ricardo Monreal, líder de la mayoría de Morena y presidente de la Junto de Coordinación Política del Senado, pero sobre todo un político surgido precisamente del tricolor y con gran experiencia en lo electoral, advierten que el PRI podría revivir.

Ayer mismo, al lanzar un llamado de unidad a los militantes y cuadros de Morena, especialmente a Martí Batres, presidente del Senado, que continúa con su intención de armar líos dentro de la fracción dominante en el Senado, el zacatecano indicó:

“No hay partido en la sepultura. Todos tienen su oportunidad y nosotros tenemos que actuar con responsabilidad y con una actitud distinta si queremos conservar el poder. Si no, será efímero”.

Ugalde le recordó a los analistas y quienes afirman que el PRI está casi muerto, que pese a que este partido perdió abrumadoramente la Presidencia de la República y quedó reducido a su mínima expresión en el Senado y la Cámara de Diputados, es el de mayor y más antigua red y presencia territorial en México.

Cuenta, les dijo, todavía con 12 gobernadores y casi la mitad de los alcaldes y diputados locales.

Pero sobre todo es el partido con mayor estructura en los estados y con quizá unos 12 a 15 millones de militantes y simpatizantes, lo cual no es posible hacer un lado.

Y, al concluir su proceso interno, el PRI reportó que su nuevo presidente obtuvo 1 millón 448 mil 169 votos (84.12 %);Ivonne Ortega,158 mil 022 (9.17%); y Lorena Piñón, 42 mil 634 votos (2.47%).

Lo que suma 1 millón 648 mil 825 votos, muchos más que los reportados en procesos similares recientes en PAN y PRD. Ya se verá a fines de noviembre cuantos votan en el primer proceso real de renovación de dirigentes en Morena.

Con la mayor experiencia de operación política, los nuevos dirigentes del PRI han comenzado a restañar las heridas y las divisiones, a sumar a quienes se quedaron, y a concertar acciones y programas, y posiciones con sus fuerzas reales: diputados y senadores, y gobernadores y alcaldes, dirigentes sectoriales.

Hasta hoy, una vez que comienzan a salir del marasmo y del desastre que sufrieron, van por su recuperación en las intermedias de 2021, elecciones en que se renovarán las 500 diputaciones federales y 14 gubernaturas de las cuales 8 hoy son del PRI; 3 del PAN y 1 de Morena, 1 del PRD y 1 independiente.

Estas son: Baja California, Colima, Guerrero, Michoacán, Querétaro, Sinaloa, San Luis Potosí, Nuevo León,Campeche, Sonora, Zacatecas, Baja California Sur, Chihuahua y  Tlaxcala.

En este proceso el PRI deberá no sólo mostrar lo mejor que tienen, sino acudir a toda su experiencia para medio mantener su fuerza en los estados en juego.

MARTÍ INSISTE EN PONERSE LOS GUANTES

Martí Batres dijo ayer que va a pelear a fondo ante la Comisión Nacional de Honor y Justica de Morena para quedarse como presidente del Senado.

Y que la única forma en que ya no insistiría en esta batalla, sería si Ricardo Monreal declinara la coordinador de la bancada del partido en el poder y se lo dejara a una mujer.

El presidente del senado hasta el sábado 31 de este agosto, dice estar convencido de que tiene grandes posibilidades de que, en la siguiente semana, la Comisión de Honor y Justicia de su partido, ordene la restitución del proceso del lunes anterior en el cual por 33 contra 29 se desechó que Martí siguiera en la presidencia, y que esta posición la ocupe la senadora de Tabasco Mónica Fernández Balboa.

Pero sobre todo cree que los senadores a quienes llamó corruptos por haber recibido “cañonazos” para votar contra él, ahora sí votarán para que se quede.

No pos sí, diría el de al lado. Mis mayores insisten en que la ingenuidad después de los 15 años se califica, denomina, llama de otra forma.

“Se va a presentar un documento muy sólido sobre este tema que es fundamental…

“Por la fundamentación que va a tener, tiene enormes posibilidades de que se asuma, de que tenga éxito y, por lo tanto, de que se reponga el procedimiento. Sobre este tema no se ha dicho la última palabra y esperaremos lo que diga la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia”, insistió.

Batres, quien afirma no tener ninguna obsesión por quedarse en la presidencia del senado y que ha armado toda una trama donde el malo es Monreal, dice:

Es más, les voy a decir, si en este momento el senador Monreal dijera: cedo mi espacio de la coordinación parlamentaria a una compañera senadora de Morena, yo ya no tendría argumento alguno para estar reclamando ser presidente del Senado. Yo me sumaría a él y diría: perfecto, adelante, que las mujeres pasen a ocupar las responsabilidades de gobierno en el Senado de la República”, afirmó.

Al insistir en lo anterior, Batres no reconoce que Monreal, el mismo lunes de la votación y ante señalamientos como el anterior, puso su renuncia en la mesa misma que le fue rechazada ahí mismo por 53 de los 59 senadores de Morena quienes luego lo rodearon y pidieron sacarse la foto para que el hecho quedara documentado.

EL ZACATECANO INSISTE EN PEDIR UNIDAD

Ayer, desde Durango a donde fue para acompañar a la senadora Margarita Valdez, en su informe, Ricardo Monreal convocó de nuevo a Martí Batres a sumarse a la Unidad.

Insistió en señalarle a Batres que en Morena “debemos estar unidos para resolver los problemas fundamentales de la Patria”, actuar con responsabilidad y con una actitud distinta para conservar el poder, pues, de lo contrario, éste será efímero, subrayó.

“Tenemos que caminar con cuidado, conciliando, atendiendo, escuchando, y sobre todo, respetando al adversario”, dijo.

Recordó que llegar al poder ha sido una larga la travesía, pesada la carga y “maldita la herencia que recibimos”.

Pidió no desesperarse. E insistió:

“No hay partido en la sepultura. Todos tienen su oportunidad y nosotros tenemos que actuar con responsabilidad y con una actitud distinta si queremos conservar el poder. Si no, será efímero”.

Y concluyó al afirma que él no tiene conflicto alguno con el senador Martí Batres.

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