Ciudad de México a 10 de mayo de 2018 (CONADE).- María Guadalupe González Romero, bicampeona mundial de marcha 20 kilómetros, tiene dos motores importantes en su vida: sus madres, María Romero Pérez y Justina Rodríguez.
“Mis mamás son ese motor, la verdad siempre han cuidado de mí, me han apoyado en las decisiones que he tomado, siempre han estado ahí, preocupadas pero al final apoyándome”, resaltó.
Con gran emoción, la subcampeona olímpica expresó que disfruta cada vez que ve a sus mamás, ya que por estar en entrenamiento, concentraciones o campamentos casi no está con ellas, aunque siempre están pendientes de sus actividades.
“Me emociona mucho ver a mis mamás porque casi no estoy con ellas, compran los periódicos, ven noticias, saben que estoy bien, me comunico poco, pero saben que estoy bien y yo me siento tranquila al saber que están bien”, dijo.
La mexiquense compartió una anécdota que atesora en su memoria, cuando era pequeña sus mamás la llevaban a regularización para que la ayudaran en la escuela, se rolaban para llevarla a las clases, mientras una trabajaba la otra la llevaba.
“Les agradezco porque no me dejaron a la deriva y siguieron luchando porque yo tuviera una carrera, ellas me decían que la herencia que me podían dejar era eso, entonces yo tenía que aprovechar, mis mamás siempre trabajando, pero nunca descuidándonos”, puntualizó.
Finalmente dejó claro que ellas merecen todo en esta vida y quisiera tener más tiempo para estar a su lado pero está consciente de la responsabilidad que tiene en traer alegría al pueblo mexicano mediante sus triunfos, por ello, dijo, más adelante compensará esos tiempos.
“Hoy quiero felicitar a mis mamás, María Romero Pérez y Justina Rodríguez, por siempre estar ahí, por ser mi motor para seguir adelante, la verdad es que ustedes son las personas que admiro en esta vida y las quiero mucho”, agradeció.