Porque la salud, el bienestar y la seguridad de todos los empleados, incluidos los trabajadores migrantes, debe ser siempre una prioridad para los empleadores, la International Chamber of Commerce mundial (ICC) lanzó once recomendaciones generales sobre salud y seguridad que garanticen los servicios esenciales para la mano de obra migrante en las industrias especialmente afectadas por la crisis durante la pandemia.
Para ICC Mundial e ICC México, los trabajadores migrantes tienen preocupaciones específicas -ya que por lo general están lejos de sus familias y comunidades-, entre las que figuran el hecho de tener que hacer frente a barreras lingüísticas y/o culturales, así como a una posible discriminación, y a menudo no se benefician de las protecciones sociales y las redes de seguridad de las que disfrutan los trabajadores locales en general.
El cuidado de los trabajadores en general, pero de los migrantes en particular por su condición de vulnerabilidad es una de las preocupaciones de la ICC, destacó Claus von Wobeser, presidente de la delegación México, por lo cual “hacemos un llamado a la representación empresarial a cuidar cada uno de los detalles contenidos en la Guía para la protección de los trabajadores migrantes durante la pandemia.
El documento establece que todos los trabajadores deben ser tratados con igualdad, dignidad y respeto, independientemente de su género y condición migratoria, además de que las empresas deben actuar con diligencia para respetar los derechos humanos y satisfacer las necesidades básicas de todos los empleados.
En la Guía, ICC recomienda implementar medidas relacionadas con garantizar el acceso a servicios de salud, porque su condición irregular generalmente les impide acceder a ellos por su costo o miedo a ser deportados, de tal forma que la información oportuna, el distanciamiento social, acuerdos laborales flexibles y hasta el acceso a traductores les permita mayor seguridad.
Para ayudarlos a mitigar el estrés y la ansiedad relacionados con el Covid-19 es importante ofrecerles ayuda psicosocial, servicios de consejería, líneas de ayuda telefónica, contacto con sus servicios consulares, ONG’s y ofrecer el acceso a los servicios de Internet, incluso en sus dormitorios, para que estén comunicados con sus familias.
El documento adaptado de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) sostiene que en época de crisis es esencial comunicarse con los trabajadores migrantes para tener en cuenta sus necesidades y preocupaciones; asegurarse de que quien muestre síntomas de Covid-19 sea aislado, ofrecer orientación clara sobre cuándo, dónde y cómo buscar asistencia médica y tengan la documentación necesaria en caso de que dejen el lugar de trabajo.
Verificar que las condiciones del lugar donde vivan, sean propiedad o pagadas por el empleador, sean seguras, higiénicas y reflejen los requisitos de distanciamiento social. De igual forma el documento sostiene que se debe involucrar a los propietarios para evitar desalojos de viviendas, o considerar la cobertura temporal de los costos de alojamiento y alimentación, en caso de reducción de salarios como consecuencia del cierre o desaceleración económica en el lugar de trabajo.
Un apartado trascendente para la ICC es el que implica combatir la xenofobia y la exclusión social durante la crisis para lo que se sugiere puedan informar, de manera confidencial, sobre incidentes de acoso, discriminación u otro comportamiento inapropiado a su supervisor, representante de recursos humanos o dirección, y actuar y remediar todos los casos confirmados.
Salvaguardar los derechos de los trabajadores migrantes en tiempos de crisis es otro punto sustancial porque se deben observar y cumplir todas las leyes, reglamentos y convenios colectivos pertinentes relacionados con el empleo y las condiciones de trabajo durante esta situación excepcional.
Lo mismo que asegurar el pago de los salarios y el bienestar económico de los trabajadores migrantes porque normalmente suelen contraer deudas financieras para pagar su contratación y dependen de ingresos regulares y puntuales durante su empleo en el extranjero, de tal forma que no haya efectos negativos para ellos y sus familias.
Como es posible que los trabajadores migrantes se vean obligados a retornar a sus comunidades de origen a causa de la pandemia, a menudo no dispondrán de los fondos necesarios para hacerlo, por lo que es prudente organizar y pagar su retorno a sus países de origen en coordinación con los reclutadores de mano de obra en virtud de las obligaciones contractuales existentes, y con las organizaciones de la sociedad civil.
También es imperativo garantizar el reclutamiento ético de los trabajadores migrantes durante la crisis, como utilizar tecnologías de entrevista a distancia para reducir los viajes y las reuniones en persona; asegurar que los costos adicionales de los controles sanitarios, la documentación oficial y la debida diligencia no recaigan sobre los trabajadores migrantes. Además de elaborar planes con antelación para garantizar un reclutamiento ético cuando se reanude la producción y el servicio, a fin de prepararse para las presiones de volver a la “normalidad” lo antes posible.
Finalmente, dice la Guía preparada por ICC, los líderes de la cadena de suministro pueden ayudar a mitigar el impacto de COVID-19 en los trabajadores, incluidos los migrantes, en sus cadenas de suministro mediante la aplicación de políticas temporales.