El gobernador Alejandro Tello Cristerna está a punto de concluir su quinquenio al frente del gobierno del estado de Zacatecas, cuya administración terminó prácticamente hace más de un año, en medio de un escenario de precariedad financiera, agudización de la crisis de violencia y disminución de la actividad gubernamental.
Sin duda la pandemia Covid 19 profundizó el estancamiento administrativo puesto que, desde el año 2018, con el Tsunami electoral que provocó la elección presidencial en el país, empezó a cambiar la geografía política zacatecana, al ocupar Morena los tres municipios donde se concentra la mayor cantidad de electores zacatecanos.
En este escenario de fin de quinquenio el mandatario estatal quiere dejar un legado para la memoria colectiva de los zacatecanos, quienes no vieron avances en lo político, cultural y menos aún en la generación de empleo e inversión en infraestructura pública.
Un quinquenio difícil para alguien que no disfruta del poder y de la política, y que quedó atrapado en los excesos de su antecesor, a quien evitó fincarle responsabilidades por presuntos actos de corrupción, pero cuyas denuncias aún perviven en los anales de las instancias de procuración de justicia.
Sin el apoyo presupuestal de la administración del presidente priista Enrique Peña Nieto y con las restricciones de la actual de Andrés Manuel López Obrador, el gobernador Tello tuvo que recurrir a la generación de nuevos impuestos estatales -como el de Infraestructura y el de remediación ecológica- para paliar el debilitamiento de los ingresos estatales.
Tello Cristerna fue un buen administrador, dado su perfil profesionista, pero no logró ser un buen gestor de recursos ante la federación, debido a su poco -casi nulo- trato y relación política con la esfera de la burocracia nacional, y por su poca interacción o afinidad con los gobernadores de la región Centro Norte del país.
Pese a ello hizo encomiables esfuerzos por dejar orden en las finanzas públicas y control en la deuda estatal que supera los 7,000 millones de pesos, además de gestionar ante la Secretaría de Educación Pública, la canalización de recursos extraordinarios por el orden de los 1,200 millones de pesos para el pago de la nómina magisterial.
El mandatario zacatecano fue un tenaz gestor de estos recursos que sometían a una fuerte presión cada fin de año a las finanzas estatales. En este ejercicio, gracias al aumento de recursos de la federación que concedió la anterior cantidad citada, se podrá ejercer el gasto educativo proveniente del Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE).
Hay un tema que, desde hace tres años le preocupa al mandatario: quiere ser recordado como un gobernante honesto. Ese es el motivo por el que quiere ser recordado en Zacatecas. Es un factor personal, no político.
Algunos gobernadores zacatecanos han trascendido de distintas formas, especialmente por las obras de infraestructura que hicieron, por su estilo personal de gobernar, por sus relaciones políticas y su ascenso en la esfera del poder; pero Alejandro Tello quiere ser recordado por su honestidad.
Por esa razón entabló demandas de carácter penal por difamación en contra de la senadora morenista Soledad Luévano Cantú y en contra del maestro Marcelino Rodarte, dirigente del Movimiento Democrático del Magisterio Zacatecano.
Pero Alejandro Tello también será recordado porque dejó sin utilizar las oropelescas obras de su antecesor y amigo, Miguel Alonso Reyes y porque no ejerció ningún tipo de acción -administrativa o jurídica- en su contra.
También será recordado como el segundo gobernante priista que entrega el poder a la oposición en Zacatecas, lo cual podrá ser interpretado como un acto demócrata pero también, como una muestra de la debilidad de su administración.
Tello no formó grupo político, pero se preocupó por el orden y saneamiento de las finanzas; no es hombre de rencores, pero frágil para imponer sanciones.
El mandatario estatal evitó la confrontación con el presidente López Obrador, pero fue ignorado por la super delegada de la Secretaría del Bienestar, Verónica Díaz, de los programas sociales para el estado, además de que le suspendieron obras importantes de infraestructura carretera.
El cinco de octubre del 2020 el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el Programa Nacional de Infraestructura por 3,800 millones de pesos, que contemplaba el desdoblamiento de la carretara Cuauhtémoc-Osiris.
El 26 de febrero del año en curso, Tello Cristerna le recordó al mandatario su compromiso durante una gira de tres días en el estado. El mandatario no atendió la petición. Este sábado 19, en su visita a Jerez en el marco conmemorativo de la muerte del poeta Ramón López Velarde, el gobernador volvió a insistir al presidente. Tampoco hubo respuesta.
El 12 de septiembre el gobernador en funciones entrará como representante del Poder Ejecutivo, a la ceremonia de cambio de poderes que se realizará en el congreso del estado, de donde saldrá como el ciudadano Alejandro Tello Cristerna.
¿Cómo será recordado?
Al tiempo.