Como parte de las actividades para la rehabilitación integral de mujeres sobrevivientes de cáncer de mama, el Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México (INMUJERES CDMX) montó la exposición “Reconstruyendo mi historia a través del arte”, en las vitrinas de la estación Jamaica de la Línea 9 del Sistema de Transporte Colectivo (STC).
La muestra permanecerá hasta el 15 de noviembre y está conformada por 28 estatuillas, 51 cuadernos, 16 neceseres y más de 100 piezas de joyería (collares, anillos, pulseras y aretes), elaboradas por 50 beneficiarias del Programa de Atención Integral del Cáncer de Mama (PAICMA).
Los artículos fueron realizados en cuatro talleres ocupacionales o artísticos: encuadernación y creación literaria, joyería artesanal, productos oncológicos cosméticos y pintura sobre estatuillas de barro, en los cuales las mujeres descubren, desarrollan y fortalecen habilidades cognoscitivas, además de potencializar la capacidad de generar sus propios recursos económicos, a través de la venta de los productos que realizan.
En el taller de encuadernación y creación literaria, las mujeres elaboran libros artesanales de media carta, cosidos, en pasta dura o sencilla y acabado con manta pintada, donde incluyen sus poemas y pequeños relatos en un ejercicio de creación plástica, catarsis y autoconocimiento.
Hilda Araceli Fermoso Velázquez tiene 55 años de edad y en 2014 fue diagnosticada con cáncer en el seno izquierdo, le aplicaron quimioterapias, posteriormente, fue sometida a una mastectomía radical y después a radiaciones, llegó al INMUJERES CDMX por los servicios de atención psicológica y se interesó en las actividades artísticas.
“Tomé el taller porque me gusta mucho hacer manualidades y me ayudó por la convivencia que tienes con otras compañeras, saber que la vida sigue, que no eres la única que pasó por esto y que no estás imposibilitada en hacer absolutamente nada”, expresó.
“Nos falta un seno, pero tenemos las dos manos, podemos ser creativas, sacar todo eso que tenemos guardado y plasmarlo en algo o dejarlo llevar. En el taller de encuadernación y literatura escribimos lo que sentimos y pensamos, muchas veces se expresa más escribiendo, que con palabras”, abundó.
Después del proceso médico, el taller de joyería artesanal permite a las mujeres generar un espacio de terapia ocupacional y de esparcimiento y se convierte en alternativa de apoyo en beneficio de su economía.
Cristina Ruiz Trujillo, también beneficiaria del PAICMA, tiene 69 años de edad, hace cuatro años y medio fue diagnosticada con un tumor maligno en la mama y en la actualidad se encuentra en remisión.
“En INMUJERES me han dado un estímulo, un motivo para seguir adelante y no estancarme. La bisutería es el desarrollo de una creatividad, lo que puedo hacer, porque me encanta colgarme joyería y me gusta verla en mis compañeras, en la gente, para mí es una actividad, una ocupación y un incentivo de vida”, explicó.
En el taller de productos oncológicos cosméticos, las mujeres adquieren competencias que les permiten atender las necesidades de autocuidado e higiene, así como tener fácil acceso a cremas humectantes, jabones no irritantes al cuerpo y pastas dentales especiales, entre otras, ya sea para uso personal o para generar un ingreso propio.
Del mismo modo, los servicios del PAICMA han coadyuvado a la recuperación integral de Verónica López Sánchez, quien tiene 49 años de edad: “Esto nos ayuda a incorporarnos nuevamente a una vida económica activa. Yo tomé el taller de productos oncológicos cosméticos y el neceser que elaboré fue con la finalidad de aprender una técnica para hacer un envase o presentación a los productos que pudiéramos llegar a comercializar”.
“Nos enseñaron cómo plantar y cuidar desde una semilla, hasta tener las plantas para utilizar la herbolaria en la elaboración de aceites esenciales, porque ya no podemos hacer uso de cualquier tipo de químico”, enfatizó.
En el taller de pintura sobre estatuillas de barro, las mujeres expresan sus emociones, vivencias y aprendizajes. Las obras en pintura acrílica muestran la mirada y el sentir de cada una de ellas, quienes a través de los bustos transmiten su propio mensaje de vida.
Para Raquel Fragoso Martínez, quien fue operada hace más de un año y hoy se encuentra en proceso de recuperación, el cáncer de mama no es sinónimo de muerte, significa otra oportunidad de vivir.
“Después del diagnóstico de cáncer te sientes muy deprimida y enojada y las terapias psicológicas y los talleres de manualidades que brinda el Instituto de las Mujeres hacen que disipemos el enojo y aprendamos cosas. Además, la convivencia con las compañeras es muy importante, ver las cosas que hacemos, nuestras obras, es muy motivante, queremos aprender más”.
Las piezas expuestas forman parte de diversos procesos de capacitación, los cuales contaron con la participación de Fundación Salvati A.C. y el Proyecto de Autonomía Económica del Módulo Centro Histórico del instituto.
El INMUJERES CDMX invita a las usuarias del Metro a conocer esta exposición y difundir entre sus familiares y amistades la importancia de priorizar y atender la salud de las mujeres.