“Cuando me subí por primera vez a un caballo y salté, dije, aquí me quiero quedar”, y a partir de ese momento, la hija mayor del campeón mundial de boxeo Saúl “Canelo” Álvarez, Emily Cinnamon Álvarez Beltrán comenzó su galope sin parar en representación de México en los mejores concursos ecuestres.
La jalisciense disfruta de la equitación como quien lo hace cuando tiene en sus manos un helado. Desde pequeña, gracias a una fotografía a la orilla del mar arriba de un caballo, nació este amor por los caballos. “Estaba chiquita, de hecho tengo una fotografía en la playa arriba de un caballo y sentía que era la reina”.
“Tenía como cuatro años cuando me subí al caballo por primera vez. Cuando empecé lo hice en gimnasia arriba del caballo, que eran como terapias y pues de ahí veía de lado las clases de equitación”, recordó en plática con la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), poco después de terminar su competencia en la prueba de salto dentro del I Festival Deportivo Ecuestre, que tiene lugar en Querétaro y que este sábado celebró su tercera jornada de actividades.
Impecablemente vestida, las polainas bien colocadas, las botas lustradas, el breech, el blazer y el casco todo en su lugar para enmarcar el recorrido a lomos de “Diamant des Foyes”, con quien ha compartido algunos triunfos, amén de contar con Alizze, una yegua que, dice Emily Cinnamon Álvarez, está un poco loca.
Para Emily Cinnamon Álvarez, quien ha competido en el North American Youth Championship (NAYC, por sus siglas en inglés), la equitación es un deporte complicado, pero a la vez fascinante, ya que al estar arriba de un ejemplar que pesa demasiado, se debe tener cuidado.
“Se siente muy padre tener este tipo de experiencias, siempre arriba de un caballo, como en Querétaro, es un orgullo estar concursando en un deporte que me gusta y disfruto. Es un orgullo estar haciendo lo que me gusta, no estoy por obligación, siempre ha sido, desde chica, un amor por los caballos”, aseguró.
Álvarez Beltrán dijo que tiene un vínculo especial con su padre, que la apoya en todo lo que hace en su naciente, pero fructífera carrera deportiva, “tengo al mejor deportista, que me puede dar consejos. Mi papá de vez en cuando me acompaña y si no puede, le mando videos de mis competencias”.
No siente presión al ser parte de una dinástica en el boxeo, sino todo lo contrario, “la verdad que no, porque son deportes distintos. En lo mío hay una conexión con mis caballos, es un sentimiento tan especial desde el momento en que estás arriba, la verdad es una sensación inexplicable”.
La joven amazona se enorgullece cuando es portadora de los colores mexicanos en los concursos internacionales, “se siente algo diferente, representar a México es una experiencia inolvidable”.
“Mucha gente puede pensar y decir que ser la hija de un deportista famoso tiene privilegios, pero no es así. La verdad, siempre digo, mi papá es mi papá. Soy una niña normal que opta por ser mejor cada día, que le vaya mejor en los caballos, echarle todas las ganas en el deporte y crecer”, comentó la joven que se ilusiona con competir en una Copa de Naciones o representar a México en unos Juegos Olímpicos.