El Centro de Rehabilitación Infantil de la delegación Gustavo A. Madero CRI-GAM, brindó nueve mil 892 atenciones, totalmente gratuitas, en los primeros seis meses del año, en beneficio de más de tres mil personas, entre niños con discapacidad y sus familias, que dan testimonio de cambios notables en infantes que, de ni siquiera gatear, ahora caminan.
La institución, una de las 11 que integran la Red de Salud de la GAM, ofrece más de mil 600 servicios mensuales, entre los cuales están más de cinco mil terapias físicas, entre las cuales se cuentan neurodesarrollo, mecanoterapia, psicomotricidad, y otras.
La señora Azucena Saucedo había buscado apoyo en diferentes instituciones para atender a Paolo Ávila Saucedo, su hijo de dos años 9 meses de edad, quien además de no gatear, ni siquiera interactuaba, no permitía que lo tocaran, de ninguna forma se comunicaba con nadie, porque ni siquiera balbuceaba. “Vivía como en otra dimensión y lloraba todo el tiempo”.
Asegura que durante año y medio ha recibido una atención muy profesional en todas las terapias, además de un gran apoyo, debido a que a ella y su esposo les enseñaron, como padres de Paolo, a apoyarlo en casa y saber cómo tratarlo.
Advierte un gran diferencia en su hijo, que ahora habla, lo cual es muy importante para toda la familia, que no podía comunicarse con él. Inclusive, ya se integró a la escuela, socializa y se integra con sus compañeros.
Erika Ortiz Rivas, mamá de Sebastián, un pequeño de dos años y tres meses de edad, sobrellevó, durante la corta vida de su hijo, la aflicción de ver que no podía sostenerse, ni siquiera para gatear, a pesar de que pagó los servicios de terapeutas especializados.
Indica que al nacer, a Sebastián se le colapsaron los dos pulmones, lo que se conoce como neumotórax, y debieron trasladarlo de inmediato al área de Cuidados Intensivos del hospital en que nació, donde lo indujeron a estado de coma, durante un mes.
Le dijeron que al parecer todo iba bien, pero ignoraban qué secuelas podría haber a consecuencia del coma, el cual le salvó la vida, pero afectó su desarrollo. Desde bebé siempre estuvo en terapia particular, pero Erika no notaba avances, aunque cumplía estrictamente lo que se le indicaba.
En el CRI-GAM, expone, pudo ver la luz al final del túnel, porque ahora Sebastián camina, y sigue avanzando en su desarrollo, además de que su tratamiento es gratuito.