Ciudad de México 27 Junio (MENSAJE POLÍTICO/CÍRCULO DIGITAL).-La actual dirigencia nacional no tiene una visión de Estado para entender que MORENA tiene que reinsertarse en la sociedad e incluir de nuevo a los miles de liderazgos que hicieron posible el tsunami popular del 2018.
En vez de continuar avanzando junto con la sociedad, se pertrechó y dejó fuera a más de 10 millones de lopezobradoristas que siguen esperando a ser convocados, credencializados y promovidos a distintos cargos, que hoy son ocupados en los Estados de la República por priístas y panistas, que no sólo no votaron a favor del Presidente Andrés Manuel López Obrador, sino que son contrarios a los 3 principios fundacionales de MORENA: no mentir, no robar y no traicionar al pueblo de México.
Empieza a sentirse con más fuerza la decepción, el coraje y la frustración de miles de líderes de las bases, porque se le niegan su afiliación y credencialización a MORENA, con el pretexto de que nos van a infiltrar, cuando en los hechos, son testigos impotentes de la imposición burda de candidatos, dirigentes y funcionarios contrarios a la 4T.
Ante el reclamo popular, la respuesta de la dirigencia nacional, comandada por Yeidckol Polevnsky y Bertha Luján, es mantener cerradas las puertas de MORENA cupularmente hasta 2020, haciendo un daño que puede ser irreparable y pone en riesgo el Proyecto de Nación, debido a que la gente se está desilusionado y alejando de MORENA, porque ésta burocracia mantiene el férreo control en el proceso para la renovación de las dirigencias nacional, estatales, distritales y municipales de todo el país, rasurando el padrón y seleccionando a una minoría que pretende imponer a todas las nuevas dirigencias en el país.
Si no hay una renovación democrática desde abajo y con la gente, con los más de 10 millones de lopezobradoristas que tienen todo el derecho de estar credencializados por MORENA y de votar y ser votados para la elección de los futuros dirigentes de MORENA, estarán condenando al movimiento a que el tsunami popular del 2018 se vuelque en nuestra contra en la elección del 2021 y sea el Waterloo en el que naufrague la 4T, porque corremos el riesgo de perder la mayoría en la Cámara de Diputados.
Ésa sería la puntilla para el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López y el final del nuevo Proyecto de Nación.
Si perdemos la mayoría en la Cámara de Diputados como consecuencia de que la dirigencia nacional de MORENA mantenga ésta línea política excluyente, autoritaria y profundamente antidemocrática, hasta ahí habrá llegado el intento del cambio de régimen y enfrentaremos una regresión política e ideológica, ya que no habrá una MORENA fuerte y popular acompañando el proceso de cambio de régimen que está impulsando el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ya recibimos la primera llamada con el resultado de las últimas elecciones: perdimos casi 3 millones de votos y no entienden que no estará nunca más en la boleta el Presidente Andrés Manuel López Obrador para que nos rescate.
De ese tamaño es su irresponsabilidad política y sólo piensan cómo reelegirse o saltar de un cargo interno a otro. Ahora resulta que están promoviendo a Bertha Luján, quien mantiene la misma visión sectaria y cerrada, violentando la Constitución, los Estatutos y los Principios de MORENA.
Es la misma línea, pero reciclada. Es cambiar para no cambiar nada, como diría Lampedusa.
Si no hay una elección democrática abierta y popular de la todas las dirigencias a nivel nacional, estaremos ante el inminente fracaso electoral más grave en la historia de las fuerzas progresistas y democráticas del país, porque la derecha se está reorganizando para detener la 4T y en MORENA están más preocupados por sus chambas burocráticas y por mantener sus pequeños privilegios de parcelas de poder. En verdad, si no entienden que MORENA es propiedad del pueblo de México y no de sus grupúsculos, serán responsables de que encalle la 4T en el 2021 por su ceguera y por su soberbia antidemocrática.