Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Entre los planes de Andrés Manuel López Obrador para pasar a la historia como el mejor presidente de México, el que hizo posible el cambio de régimen, el de la Cuarta Transformación, está el de restaurar la ceremonia del informe presidencial desde la tribuna de la Cámara de Diputados.
Pero no sólo eso, sino modificar sustancialmente el viejo ritual por uno más acorde con los tiempos de la democracia y la pluralidad y así, de entrada, llegar y escuchar los posicionamientos de todas las fuerzas representadas en el Congreso.
No sería un debate. Aunque si escucha antes a las fuerzas parlamentarias, va a ser difícil que no se refiera en su informe a alguno de esos posicionamientos y eso ya marcaría el inicio de un debate político que nunca antes se ha dado en un mismo recinto.
Pero eso está por verse.
Por lo pronto, y en preparación para todo lo anterior -y más-, los coordinadores de las fracciones parlamentarias en San Lázaro ya convinieron en aplicar el reglamento interno que indica que la presidencia de los Diputados debe ser rotativa.
En este caso el primer año lo preside la fuerza mayor que es Morena, y el segundo el grupo que le sigue en porcentaje y que ahora es el PAN.
Al menos eso fue lo que adelantaron hace unos días Mario Delgado coordinador de los diputados de Morena y Presidente de la Junta de Coordinación Política en San Lázaro junto a Juan Carlos Romero Hicks, coordinador de los legisladores de Acción Nacional.
Delgado dijo entonces:
“Así corresponde por ley, que la Mesa Directiva es rotatoria y le toca al segundo grupo parlamentario en importancia, que en este caso es el PAN”, comentó.
Así, de entrada, ya levantaron la mano los panistas Jorge Luis Preciado (excoordinador de los senadores del PAN y excandidato a la gubernatura de Colima), Marco Antonio Adame (exgobernador e Morelos), Laura Rojas, Elías Lixa, Marcos Aguilar, Adriana Dávila, Pilar Ortega y Sonia Rocha.
Hay que decir que el proceso de sucesión en San Lázaro no es terso. Y no lo es porque el presidente actual, el histórico Porfirio Muñoz Ledo con sus 86 años de vida a cuestas y todas las experiencias vividas, quiere dar la pelea por continuar en el cargo.
Sorprendido por el pacto entre los coordinadores parlamentarios para darle la presidencia a un o una panista, Muñoz Ledo, agudo, indicó que los acuerdos parlamentarios deben en última instancia pasar por el tamiz del Pleno que es el órgano superior en San Lázaro.
Y es que la norma que define la Presidencia de los Diputados como rotativa entre los grupos en forma descendente, también indica que la votación para elegir a un nuevo presidente debe ser aprobada por mayoría calificada, es decir, por las dos terceras partes del Pleno.
Si no se lograra esa votación, entonces el presidente en turno, es decir, Muñoz Ledo, tendría 5 días para nuevas negociaciones.
Bajo este escenario Muñoz Ledo tendría una muy cuestionada oportunidad de continuar.
Lo cierto es que una vez que los coordinadores acuerdan sacar algo adelante, es difícil que no lo logren.
FALTA EL SENADO
Donde las cosas no pintan bien, a pesar de que ceder la presidencia a la oposición es parte esencial para que AMLO pueda cumplir con su intención de dar su primer Informe de Gobierno desde la Tribuna de San Lázaro, es en el Senado.
Ahí el presidente saliente Martí Batres no quiere saber nada que no sea que le digan que debe reelegirse.
Y en este intento por mantenerse en la silla mayor del Senado, Batres ha hecho lo imposible por convertir su cruzada de reelección en un pleito personal con Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política y líder de la mayoría de Morena en el Senado.
Así, mientras Monreal insiste que será primero el pleno de Morena y luego el Pleno del Senado los que definan a fines de este naciente agosto quien deberá ser el o la próxima presidenta del Senado, Batres se lanza contra el zacatecano.
Es obvio que Martí busca con esta estrategia dividir a los senadores de Morena y de otras fracciones y atraer a una mayoría de estos para alcanzar su reelección.
En medio de este juego de perversiones de Batres, y mientras Monreal afirma que no entrará en ningún tipo de confrontación con Batres, éste insiste en señalar que, si se busca rotar la presidencia del Senado, entonces también se debería rotar la presidencia de l Junta de Coordinación Política en obvia intención de moverle el piso a Monreal.
Atrapado en este juego, el zacatecano indicó que la presidencia del Senado se definirá a fines de agosto en una elección con urnas transparentes, y ante notario público.
“No hay ninguna disputa, problema, confrontación, ninguna división. La mayoría es la que decide, no quiero confrontarme con él [Batres], lo respeto mucho y le expreso mis respetos”, insistió Monreal.
De lo que no hay duda, es de que, si López Obrador ya se propuso rendir su informe en San Lázaro, entonces la presidencia de ambas cámaras deberán estar en manos de la oposición para evitar así un evento marcado por las protestas y el conflicto, las mantas y desmanes como ocurrió desde que el PRD y otros impidieron la entrada de Vicente Fox a rendir su informe de Gobierno.
Así que…
BUSCARÁN DINAMITAR AL GOBIERNO DE AMLO
Ayer, en otro escenario, el senador Ricardo Monreal indicó que esos sectores que han perdido privilegios y se sienten agraviados por las acciones de Andrés Manuel López Obrador “van a reagruparse para intentar dinamitar” las acciones del Gobierno actual.
Ello, dijo, hace prever un largo periodo de dificultades y polarización en el país.
Vía un twit, afirmó que pese a todo no podrán detener el proceso de transformación que vive ya el país.
“La transición que vivimos enfrenta resistencias. Es normal y hasta natural, porque quienes se encuentran en los sectores a los que se eliminó el privilegio y las canonjías se sienten lastimados. Van a reagruparse para intentar dinamitar este Gobierno que ha surgido con toda legitimidad.
“Un largo proceso, un largo periodo de dificultad y polarización, (que aunque) no es lo deseable, así sucede. Por ello tenemos que persistir y entregar lo mejor de nosotros”, indicó.
Su llamado fue a todos los ciudadanos para no dar tregua:
“Cuidar este proceso de transformación, en nuestro actuar personal, comportamiento y capacidad, sin tregua, sin echar las campanas al vuelo”, les dijo.
Y pidió a su partido, a Morena, a no perder la confianza de sus seguidores y a “no perderlos y evitar que la decepción o la confrontación llegue a abrazarlos”, dijo.
Y agregó:
“Es nuestro deber en una democracia, contribuir equitativa y proporcionalmente. Se establece una relación de respeto entre la ley y el comportamiento de cada ciudadano. Habrá aplicación de la Ley sin excepción y sin impunidad”, sostuvo.
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