CIUDAD DE MÉXICO a 2 de noviembre del 2018 (CONADE).- Debido a que la práctica de actividades físicas supone un consumo mayor de energía, la ingesta de azúcares puede aumentar sin perjuicio para los deportistas, siempre y cuando no se incurra en excesos.
El azúcar en sus distintas presentaciones es considerada una de las principales fuentes de energía para la población en general, sin embargo, se recomienda que su ingesta se haga de manera mesurada ante el aumento en los casos de enfermedades no transmisibles asociadas a su consumo.
Especialistas indicaron que los azúcares pueden ingerirse antes, durante o después de la actividad física y su cantidad debe de calcularse en función del esfuerzo físico y la intensidad del mismo.
Antes del ejercicio, se recomienda que en la cena se incluya entre 250 y 350 gramos de carbohidratos y en los 30 o 60 minutos previos entre 35 y 50 gramos de glucosa, sacarosa o polímeros de glucosa.
Durante el ejercicio, si la activación dura menos de una hora no se considera necesario hacer un aporte específico de carbohidratos, pero se podría tomar una bebida con entre 6 y 10 por ciento de hidratos de carbono cada 15 minutos para equilibrar la pérdida de líquidos.
Después de la actividad física, se recomienda consumir un promedio de 600 gramos de alimentos ricos en carbohidratos en las siguientes 24 horas, ya que se calcula que la recarga de las reservas de glucógeno muscular transcurre entre las 24 y 48 posteriores a la actividad.
Es importe saber que el consumo de hidratos de carbono debe estar principalmente controlado en personas que presenten algún síndrome metabólico, resistencia a la insulina y diabetes.