Ser mujer en México

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Poco a poco en nuestro país se ha ido reconociendo la gran labor que hacen las mujeres, no sólo en la crianza y educación de los hijos, sino también en el ámbito público y privado, por lo que ya es común encontrar a mujeres en la política, dirigiendo empresas o también destacando en las artes o ciencias, como es el caso de Elisa Carrillo, primera bailarina de la ópera en Berlín; Irene Espinosa, subgobernadora del Banco de México y la niña Xóchitl Guadalupe Cruz, quién con apenas ocho años de edad, en 2018 recibió el premio ICN a la Mujer, que entrega el Instituto de Ciencia Nuclear de la Universidad Nacional Autónoma de México, tras construir un calentador solar de agua para su propio domicilio.

Y seguramente cada uno de nosotros, también, tiene una historia que contar de una madre, hija, abuela o amiga que destaca por el amor que pone a sus actividades diarias. En mi caso, una mujer que admiro es Patricia Alvarado, quien radica en Guadalajara, Jalisco, abogada de profesión, activista, promotora de cultura de paz y defensora de los derechos humanos, así como también incursiona en el ramo inmobiliario y empresarial.

Ha profundizado en el tema de la mujer porque desde pequeña ha visto y constatado como la mujer ha sido invisibilizada en todos los ámbitos de la vida, núcleo familiar, económico, cultural, político, etc. Para ella, la violencia hacia las mujeres pareciera que van en incremento y es necesario despertar la conciencia de que todas las mujeres son nuestras y desde ahí hacer su defensa. 

Asimismo, nos comenta que una mujer puede enfrentar algunas situaciones en sus diferentes etapas de la vida, por ejemplo, en la etapa de niña el analfabetismo o el abuso sexual infantil; en la etapa de adolescente, el embarazo precoz; en la mujer adulta, la brecha salarial y la adulta mayor, la codependencia económica.


Patricia, ha emprendido en su estado la promoción de la cultura de paz y la promoción de los derechos humanos de las mujeres, niñas y adolescentes, con la finalidad de que las mujeres se empoderen desde la cultura de paz para accionar y demandar sus derechos humanos. Asimismo, refiere que una política pública que ayudaría a las mujeres en México sería la reducción de la brecha salarial.

Finalmente, nos comenta que la participación social y política de la mujer es imprescindible en todos los ámbitos, ya que la mujer representa el 52% de la población y por ello es preciso incidir desde nuestro hacer cotidiano para el desarrollo del país.

Para concluir con este artículo, quiero compartir que en alguna reunión a la que asistí sobre Derechos Humanos, le hicieron una pregunta a la ponente quien era de la Organización de Naciones Unidas, sobre su opinión del empoderamiento de la mujer y su rol en la sociedad, su respuesta fue: “que cualquier mujer brillaba en su ámbito de competencia, ya que para ella, su mamá era referente de éxito, porque aunque solo era ama de casa, era la persona que la amaba, la cuidaba y le preparaba su lunch cuando iba a la escuela.”

Por lo que todas las mujeres, en su espacio de acción pueden ser exitosas.

¡Haciendo las paces con la sociedad!

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